Por RAI

Aunque los esfuerzos de conservación se han centrado tradicionalmente en los bosques tropicales, en parte porque contienen muchas especies de árboles, un nuevo estudio revela que los bosques secos templados y tropicales, no solo los bosques húmedos, albergan miles de especies arbóreas únicas.

Los científicos estudiaron datos de más de 10.000 sitios de bosques y sabanas en todo el continente americano, descubriendo una biodiversidad arbórea única y especial. Entre los hallazgos se encontró que casi el 30% de la diversidad evolutiva de los árboles solo se encuentra en los bosques secos templados y tropicales, mientras que la cifra comparable para las selvas húmedas es del 26%.

Las investigaciones fueron realizadas por un equipo internacional que incluye a la Universidad de Edimburgo y la Universidad de Exeter.

“Nuestros hallazgos muestran que los bosques templados y los bosques secos tienen una historia evolutiva única que merece una atención de conservación mucho mayor”, dijo el profesor Toby Pennington, del Instituto de Sistemas Globales de Exeter.

Para el profesor Pennington, la protección de las selvas tropicales húmedas es obviamente vital por muchas razones, pero él indica que no debemos ignorar la biodiversidad arbórea única de los bosques templados y secos.

Por su parte, Ricardo Segovia, del Instituto de Ecología y Biodiversidad en Chile y en la Facultad de Geociencias de la Universidad de Edimburgo, manifestó que ‘’los bosques templados en Chile y más al norte de los Andes, y los bosques secos tropicales dispersos y aislados en las Américas, se destacan por ser particularmente únicos, amenazados y necesitados de acciones de conservación.”

Los bosques templados, como los de Chile y Estados Unidos, se encuentran entre los trópicos y las regiones boreales frías.

El estudio encontró también que los bosques templados contienen líneas genéticas únicas de árboles que incluyen miembros de las familias de los robles y los olmos.

Las investigaciones indican que existen linajes únicos en bosques secos, como el de la Caatinga en Brasil y la Chiquitania de Bolivia, los que incluyen miembros de las familias de las leguminosas y cactus.

Al examinar la estructura evolutiva de las comunidades arbóreas, los investigadores trataron de descubrir los principales factores que impiden que las especies se expandan a nuevas áreas y entornos. Es así como descubrieron que la “división fundamental” es la presencia o ausencia de temperaturas de congelación, que algunas plantas no pueden tolerar.

Para el Dr. Kyle Dexter, de la Facultad de Geociencias de la Universidad de Edimburgo, algo único de este estudio fue que utiliza información de secuencia de ADN de miles de especies arbóreas en todo el continente americano. ‘’Para dar una visión completamente nueva de los países y hábitats donde se encuentran las principales ramificaciones del árbol de la vida “.

También hubo una “división evolutiva” entre los árboles que existen en los bosques húmedos y secos en los trópicos.

“Este es un documento realmente importante en términos de nuestra visión de lo que ha controlado la distribución global de la biodiversidad vegetal a través de la historia”, señaló Dexter.

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Foto de portada: paisaje en la Reserva Municipal de Vida Silvestre Valle de Tucavaca, municipio de Roboré. Créditos: Eduardo Franco Berton

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