• Estudio internacional destaca vínculo entre la ecología y la economía para prevenir pandemias.
  • Destrucción de bosques tropicales aumenta riesgo de transmisión de virus entre humanos y animales silvestres.
  • Según autores, SARS-CoV2 es un ejemplo de enfermedades originadas por la pérdida de bosques.

Por Bruno de Pierro / SciDev.Net

Una inversión anual de alrededor de US$ 30.000 millones compensaría los costos de prevenir otra pandemia mundial como la del coronavirus, que se estima que podrá causar al mundo una pérdida de US$ 5 billones en 2020.

Esta es una de las conclusiones de un estudio publicado en Science que señala que los costos relacionados con la preservación del ambiente y las acciones para prohibir el comercio de vida silvestre serían sustancialmente menores que los costos económicos y de mortalidad de responder a emergencias de salud pública como la pandemia de COVID-19.

El artículo, firmado por investigadores de Brasil, Kenia, China y Estados Unidos, subraya que la destrucción de los bosques tropicales, como la selva amazónica, aumenta el riesgo de que las poblaciones humanas entren en contacto con animales que transmiten virus, y que pueden causar enfermedades nuevas y desencadenar pandemias como COVID-19.

“Este tipo de evento se ha vuelto frecuente en los últimos años a medida que los humanos invaden los bosques tropicales, talan árboles y entran en contacto con animales salvajes y sus virosis”, dijo Marina Vale, ecóloga de la Universidad Federal de Rio de Janeiro (UFRJ), en Brasil, y coautora del estudio.

Según Vale, epidemias como MERS, SARS, VIH, H1N1 2009, y ahora el nuevo coronavirus SARS-CoV2, son ejemplos de enfermedades originadas por la pérdida y fragmentación sin precedentes de los bosques tropicales y por el floreciente comercio de vida silvestre.

“Los virus zoonóticos infectan a las personas directamente cuando manejan, por ejemplo, primates y murciélagos vivos o muertos, o indirectamente de animales de granja como pollos y cerdos que tuvieron contacto con la vida silvestre”, detalló Vale a SciDev.Net.

Para estimar el costo anual necesario para mantener acciones para preservar los bosques tropicales, los autores analizaron la efectividad y el costo-beneficio de los llamados programas de pago múltiple por servicios ecosistémicos en países como Brasil.

Estos programas son incentivos destinados a propietarios y administradores de tierras a cambio de que su trabajo proporcione algún tipo de servicio ecológico que no se hubiera podido proporcionar o mantener en ausencia de un apoyo económico.

La aparición de nuevas enfermedades zoonóticas “se ha vuelto frecuente en los últimos años a medida que los humanos invaden los bosques tropicales, talan árboles y entran en contacto con animales salvajes y sus virosis”.
Marina Vale, Universidad Federal de Rio de Janeiro (UFRJ), Brasil

Según el estudio, a un costo anual de US$ 9,6 mil millones, los pagos directos de protección forestal para compensar económicamente la deforestación podrían lograr una reducción de 40 por ciento en las áreas con mayor riesgo de propagación de virus. “Los programas de pago múltiple por servicios ecosistémicos demuestran la efectividad de este enfoque”, escribieron los autores.

Una referencia es el llamado Modelo de Política de Brasil, que el país aplicó hasta 2012. “El país pudo reducir la deforestación amazónica en 70 por ciento entre 2005 y 2012”, dijo Vale.

“Fue posible porque había voluntad política en ese momento, además de los recursos del gobierno federal y el Fondo Amazonas para apoyar las acciones de monitoreo y control de las agencias ambientales del país. Lamentablemente, la situación actual es todo lo contrario”, opinó.

Según el Instituto Nacional de Investigación Espacial de Brasil (INPE), la deforestación en el Amazonas se aceleró en los primeros meses de 2020. Entre enero y abril se destruyeron más de 1.200 km2 de bosque, un aumento de 55 por ciento durante el mismo período en 2019.

Y aunque la mayor parte de la producción agrícola de Brasil no está vinculada a la deforestación, aproximadamente 2 por ciento de las propiedades en el Amazonas y el Cerrado —los biomas más grandes de Brasil con el más alto— son responsables de 62 por ciento de toda la deforestación potencialmente ilegal en el país, según otro estudio publicado en Science por investigadores de Brasil, Alemania, Suecia y Estados Unidos.

Uno de los efectos nocivos de la deforestación causada por el avance de la agricultura y la minería ilegal en el bosque es el asentamiento de personas en áreas cercanas a fragmentos de bosque donde los humanos y los animales comparten el mismo espacio y a menudo compiten por el alimento. Esto también aumentar el riesgo de transmisión de virus entre animales y humanos.

Además de Brasil, esta situación tiende a empeorar con la degradación del ambiente en países como China.

Allí, la agricultura de vida silvestre es una industria de aproximadamente US$ 20.000 millones que emplea a unos 15 millones de personas. Precisamente, se estima que el SARS CoV2, por ejemplo, surgió en un mercado chino de vida silvestre.

Foto de portada: La destrucción de los bosques tropicales, como la selva amazónica, aumenta el riesgo de enfermedades nuevas y pandemias, por el contacto entre poblaciones humanas con animales que transmiten virus. Crédito de la imagen: Daniel Beltrà / Greenpeace, publicada en Mongabay.

Fuente: SciDev.Net

Puedes leer el estudio científico aquí

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