• Pérdida de anfibios es un daño irreparable a la biodiversidad mundial que también afecta a humanos
  • Según científicos, hongo ha extinguido noventa especies de anfibios, y afectado a 501 especies
  • Estudio fue realizado por 41 investigadores de 36 instituciones de 16 países

Por Helen Mendes / SciDev.Net

[Curitiba, Brasil] Una investigación de alcance mundial demuestra que la citriodiomicosis, enfermedad causada por dos especies de hongos, está causando la muerte masiva de anfibios en todo el mundo, y es responsable de la mayor pérdida registrada de biodiversidad atribuible a un solo patógeno.

Esta comprobación es importante porque ilustra sobre los riesgos del comercio de vida silvestre en el mundo globalizado.  Los anfibios son vendidos en restaurantes o como mascotas, lo que ha creado una “Pangea funcional” de enfermedades infecciosas en la vida silvestre, como si las barreras geográficas que detienen la propagación de organismos ya no existieran, puntualizan los autores del artículo publicado el 28 de marzo en Science.

Según los autores, el comercio global ha “reunificado” los continentes y sus impactos no solo sobre la biodiversidad sino en otras actividades importantes para los seres humanos. Por ejemplo, la industria farmacéutica usa los compuestos químicos producidos por estos animales para fabricar medicamentos. Cuando una especie desaparece, las posibilidades de que los químicos que poseen estos animales puedan usarse para la investigación también lo hacen.

“Mantener a los anfibios a salvo es una cuestión de economía y salud pública”.

Lucas Forti, Universidad Federal de Bahía, Brasil

Los anfibios también son importantes para el control de las plagas agrícolas. “Cuando perdemos anfibios en la naturaleza, las plagas agrícolas aumentan y tenemos que usar más pesticidas, envenenando el medio ambiente y encareciendo los costos agrícolas”, advierte Lucas Forti, investigador de ecología y biomonitoreo en la Universidad Federal de Bahía, Brasil.  “Mantener a los anfibios a salvo es una cuestión de economía y salud pública”, remarca.

Debido a que se alimentan de insectos, los anfibios también controlan a los vectores de enfermedades como el zika, la chikungunya, la fiebre amarilla y otras transmitidas por mosquitos, añade Forti, quien no participó en la investigación.

De acuerdo al estudio, el hongo B. dendrobatidis es responsable de la disminución de por lo menos 501 especies de anfibios, que representan el 6,5 por ciento de las especies de anfibios descritas. De ellas, 90 están extintas o se presumen extintas en la naturaleza.

El estudio fue realizado por 41 investigadores de 36 instituciones de 16 países, quienes usaron evidencia retrospectiva para sus análisis debido a que la disminución de muchas especies de anfibios se dio antes del descubrimiento de esta enfermedad, en 1998.

“Nos basamos en materiales depositados en museos y otras colecciones”, señaló a SciDev. Net Felipe Toledo, autor principal del estudio e investigador del Departamento de Biología Animal de la Universidad de Campinas, Brasil.

Como la mayor parte de la disminución ocurrió en los años 80, hay poca información. Sin embargo, los investigadores pudieron recolectar datos históricos de cada especie para arribar a sus conclusiones. “Por ejemplo, una especie venía siendo colectada hasta cierto año después del cual nadie la vio más. Por lo tanto pudimos ver qué especies habían desaparecido alrededor del mundo”, explica Toledo.

“La mortalidad sin precedentes causada por una sola enfermedad que ha afectado a toda una clase de invertebrados resalta la amenaza de la propagación de nuevos patógenos en un mundo globalizado”, puntualizan los autores en el artículo.

Para Forti, este estudio formaliza algo que los científicos de la conservación temían: “Los anfibios son los vertebrados más amenazados del planeta”.

Recomendaciones

Los autores recomiendan mejorar las regulaciones para el comercio global de anfibios. Por ejemplo, Brasil vende ranas vivas a los restaurantes de Estaos Unidos, mientras que Europa solo compra carne congelada. “Esto es malo, porque exportamos el hongo con las ranas, y los datos muestran que el hongo del linaje brasileño fue exportado a los Estados Unidos”, precisa Toledo.

Forti también cree que se requiere poner más atención a medidas de bioseguridad que puedan reducir el riesgo de introducir esos patógenos. “La regulación y el cumplimiento de las normas sobre el comercio de las plantas  nativas y de la carne debe mejorar”, sostiene.

Foto de portada: Sapo del género Atelopus, uno de los más afectados por la declinación provocada por el hongo B. dendrobatidis. Crédito de la imagen: Pixabay.[Imagen de dominio público]

>Enlace al estudio en Science 

Fuente: SciDev.Net

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