Por Huáscar Bustillos

En lo que va de este 2021, se ha quemado un aproximado de 1,5 millones de hectáreas en Bolivia, con un 68% que corresponde a áreas protegidas, y la tendencia es que sigan aumentando las quemas. Los animales (vertebrados e invertebrados) mueren desde el 2019 por millones y los daños a los servicios ecosistémicos son hasta el momento incalculables. Este tercer ciclo-consecutivo- de incendios, provocará una severa alteración de muchos ecosistemas ya que la resiliencia natural se ha visto afectada.

En el siguiente blog de ciencias, te damos a conocer algunas alteraciones que se producen en los ecosistemas luego que estos han sido afectados por un incendio:

1. Los incendios forestales tienen impactos diversos y complejos sobre los procesos ecológicos y esto se debe a la variabilidad del paisaje y a las diferentes respuestas de la vegetación (Tessleret et al., 2017). En el caso del recurso forestal, la frecuencia de los incendios puede ocasionar cambios en la dinámica del bosque, ya que muchas especies no alcanzan su etapa de madurez, causando disminución en la distribución espacial, o incluso, la extinción de la especie (Tessler et al., 2017). Además, el aumento de la frecuencia de incendios junto con periodos de sequía puede generar impactos ambientales a largo plazo, tales como la disminución de la productividad de los ecosistemas, desertificación, entre otros (Schröter et al., 2005).

2. El suelo es un componente básico del ecosistema natural, esto se entiende como una cubierta fina compuesta por la mezcla de minerales, aire, agua y microorganismos vegetales y animales que se formaron paulatinamente, a través de la descomposición y disgregación de las rocas superficiales por fenómenos naturales tales como: cambios de temperatura, movimientos de masa de aire y agua (FAO, 2016).

Y sus funciones son las siguientes: a) Retención del carbono, b) purificación del agua y reducción de contaminantes del suelo c) regulación del clima d) ciclo de nutrientes e) hábitat para organismos f) regulación de inundaciones g) fuentes de productos farmacéuticos y recursos genéticos h) base para las infraestructuras humana i) suministro de materiales de construcción j) herencia cultural y k) suministro de alimentos, fibras y combustibles. Los incendios forestales provocan una degradación del suelo, sobre todo después del evento (Ubeda y   Sarricolea, 2016).

3. El nivel de degradación del suelo va a depender de la topografía del lugar, intensidad del proceso de erosión, tasa de regeneración de la cubierta vegetal post-incendio, recurrencia, intensidad y duración del fuego (Caon, 2014). El suelo, después de un incendio, es susceptible a sufrir de erosión, debido a lo expuesto que queda al viento y agua. La erosión genera: pérdida del material, problemas con la infiltración del agua, aumento del flujo superficial del agua e hidrofobicidad (Caon, 2014 y Shakesby, 2011).

Los incendios forestales también afectan la actividad biológica del suelo, generando una desestabilización del ciclo de nutrientes. Esta desestabilización se debe a la disminución de los microorganismos, que ayudan a los procesos de descomposición de compuestos orgánicos y fitodisponibilidad de nutrientes (Mataix Soleraet al., 2011)

4. A nivel del agua, los incendios forestales pueden generar cambios en el ciclo hidrológico dentro de la cuenca hidrográfica afectada. En un estudio en Sudáfrica, Lloret y Zedler (2009) señalaron que la pérdida de vegetación, disminución de la materia orgánica y los cambios en las propiedades del suelo podrían ocasionar un déficit en las tasas de infiltración, disponibilidad de agua y aumento de escurrimiento. Las cenizas pueden aumentar la capacidad de infiltración y prevenir o retrasar la escorrentía hasta ciertas cantidades e intensidades de precipitaciones (Lloret y Zedler, 2009). La disponibilidad de agua se ve afectada por la vegetación post-incendio, ya que cuando la vegetación se comienza a recuperar, se produce un aumento en el consumo de agua debido a las altas tasas de evapotranspiración.

5. La relación de la vegetación y los incendios forestales se centra en la modificación en su estructura, composición y servicios ecosistémicos (Anchaluisa y Suárez, 2013 y Ubeda y Sarricolea, 2016). Asimismo, las distintas especies vegetales presentes en los distintos ecosistemas responden de forma diferencial al fuego, dependiendo de sus habilidades para tolerarlo y de los mecanismos de regeneración que posean. En especies carentes de adaptaciones de resistencia o tolerancia al fuego, los incendios, incluso cuando su intensidad es baja, pueden causar una alta mortalidad. Si estas adaptaciones están ausentes en gran parte de las especies que componen la comunidad, el impacto sobre el ecosistema puede cambiar drásticamente la dinámica y composición de la vegetación y el resto de la cadena trófica.

Así, el mantenimiento de las poblaciones y la comunidad en general, dependen exclusivamente de la resistencia de las semillas en el suelo, o presentes en las plantas, de la capacidad de rebrote de las plantas dañadas, y de la recolonización del sitio desde sectores no afectados (Jaksic y Fariña, 2015).

6. El proceso que conlleva a la recuperación natural tras la aparición de una perturbación, se denomina sucesión ecológica. La sucesión ecológica es un proceso de cambio dinámico, gradual y ordenado en un ecosistema, manifestado por el progresivo reemplazo de una comunidad por otra. La dinámica de sucesión de la vegetación que ocurrirá en un determinado lugar será dependiente, entre otras cosas, de la severidad de la perturbación. Por ejemplo, tras disturbios severos como incendios de gran intensidad, la sucesión de la vegetación probablemente comenzará con la llegada de especies colonizadoras como líquenes y musgos, que lentamente darán paso al establecimiento de plantas con flores.

En contraste, cuando los disturbios son leves, la sucesión de la vegetación puede comenzar a partir de regeneración vegetativa o rebrote de los individuos sobrevivientes (Fernández et al., 2010). Estos procesos de recolonización pueden tomar tiempos muy largos, ya que la capacidad de dispersión de la vegetación a partir de áreas no quemadas es muy limitada y los suelos han sido erosionados (Jaksic y Fariña, 2015).

7. A nivel de la fauna, los incendios forestales pueden tener un impacto tanto en animales vertebrados como invertebrados, por ejemplo, muerte de individuos, pérdida de habitad, territorios, refugio y alimentación (Nasi y   Grahame, 2002). Asimismo, la pérdida de fauna por incendios forestales va a depender de la velocidad del viento, las cargas de combustible, el contenido de humedad de la vegetación, la época del año y el tamaño del fuego, entre otros.

Por lo tanto, la disminución de la fauna puede generar desequilibrios en los ecosistemas tales como destrucción de las formaciones de la vegetación o alteraciones en la composición de las especies, migraciones de animales mayores, aves, insectos y microorganismos y desequilibrios ecológicos o rupturas en la cadena trófica (Castillo et al, 2003; Nasi et al., 2002).

8. En las zonas quemadas se reducen las poblaciones de mamíferos pequeños, anfibios y reptiles, debido a la dificultad para encontrar nichos después de las quemas o incendios. Además, la disminución de la densidad de pequeños mamíferos como los roedores puede influir negativamente en el suministro de alimentos a los carnívoros de tamaño reducido (Nasi et al.,2002).

9. El grupo vertebrado más afectados es probablemente el de los reptiles, en comparación con los animales terrestres que presentan movilidad reducida. Por otro lado, las especies de rápido movimiento presentan problemas a medida que tengan que competir por recursos fuera de sus hábitats originales. Tal es así que, debido al cambio de nicho los individuos sobrevivientes pueden ser fácilmente cazados y sufrir de escasez de alimentos. No obstante, el impacto antes indicado para las zonas afectadas por incendios forestales se ven favorecidas por el desarrollo de pastos de calidad, lo que crea un buen hábitat para los herbívoros y aumenta el potencial de caza (Cárdenas, 2013).

10. Todos estos parámetros ecológicos generales mencionados aquí nos dan una idea clara de los impactos acumulados del 2019 al 2021, de todas maneras, se necesita mayor investigación y corroboración en campo, debido a que existen muchos hábitats, ecosistemas y especies, que pueden desaparecer debido a esta fatídica tendencia de sucesos.

Foto de portada: Un zorro fue atrapado por las llamas en la parte norte del área protegida Iñao, el año 2020. Foto: gentileza guardaparques del Iñao.

Bibliografía

  • Abarzúa, A. M., Vargas, C., Jarpa, L., Gutiérrez, N. M., Hinojosa, L. F., & Paula,  S.  (2016). Evidence of Neogene wildfires in Central Chile:  Charcoal records from  the Navidad formation. Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology, 459, 76-85.Anchaluisa, S., &
  • Suárez, E. (2013). Efectos del fuego sobre la estructura, microclima y funciones ecosistémicas de plantaciones de eucalipto  (Eucalyptus globulus; Myrtaceae) en  el Distrito Metropolitano  de Quito, Ecuador. ACI Avances en Ciencias e Ingenierías, 5(2).
  • Caon, L., Vallejo, V. R., Ritsema, C.  J., & Geissen, V. (2014). Effects of wildfire on soil nutrients in Mediterranean ecosystems. Earth-Science Reviews, 139, 47-58.Cárdenas, P. S. (2013).
  • La problemática de los incendios forestales y bases para su teledetección en el Perú. Apuntes de Ciencia & Sociedad, 3(2).
  • Castillo, M. (2015).Diagnosis of forest fires in Chile.In: Bento-Gonçalves, A., Vieira, A. (Eds.), Wildland Fires –   A Worlwide Reality. Nova Science Publishers, pp. 211–223.
  • Castillo, M., Pedernera, P., & Peña,  E. (2003).  Incendios forestales y medio ambiente: una síntesis global. Revista ambiente y desarrollo de CIPMA, 19(3), 44-
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