Diez equipos de investigadores del Museo de Historia Natural Noel Kempff Mercado y de la Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno, llevaron a cabo una serie de estudios en el Centro de Estudios del Bosque Seco Tropical Alta Vista, y en el límite norte del Área de Conservación e Importancia Ecológica Ñembi Guasu, en el marco del proyecto RESTAURAcción, financiado por el gobierno de Canadá y la Red Internacional de Bosques Modelos, ejecutado por la FCBC. Entre los resultados están: nuevos registros de mamíferos, entre los que se incluyen tres registros de especies de murciélagos, el establecimiento de una novedosa Guía de Escarabajos Coprófagos y el primer estudio de paisajes sonoros de Bolivia.

Por Erika Bayá

Fotografías: FCBC.

A diferencia de los bosques húmedos, se sabe muy poco de los bosques secos tropicales y sobre su importancia en el mundo para la sobrevivencia de muchas especies y las comunidades que viven de este. Por este motivo, es urgente estudiar todas sus características en distintas épocas y escenarios ¿Qué pasa con estos bosques después de los incendios? ¿Qué mecanismos tienen las plantas y los árboles para regenerarse después del fuego? ¿Cuáles son las semillas que dispersan los murciélagos y a qué especies pertenecen? ¿Qué hacen las flores para atraer a los insectos polinizadores y cómo estos las eligen? ¿Qué nos pueden contar los paisajes sonoros? ¿Qué especies de mamíferos viven en las copas de los árboles y cuáles son las actividades que desarrollan durante el día y la noche? 

Para responder éstas y otras preguntas, un equipo multidisciplinario de investigadores entre biólogos y forestales con distintas especialidades, trabajó durante tres meses en el Centro de Estudios del Bosque Seco Tropical Alta Vista en el municipio de Concepción, un predio rural demostrativo de la Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano (FCBC) en Santa Cruz, Bolivia, cuyo propósito es indagar sobre la interacción de la biodiversidad, agua, clima, abejas nativas, aspectos forestales, así como la interacción bosque-producción y bosque-incendios.

Parte del equipo de investigadores durante los trabajos en el Centro de Estudios Alta Vista.

Según Huáscar Azurduy, responsable de la Unidad de Conservación y Restauración, y del Programa de Estudios del Bosque Seco Tropical de la FCBC, Alta Vista en sus 3.360 hectáreas es como un laboratorio donde se experimentan algunas investigaciones y según la necesidad, oportunidad y pertinencia, sirven para replicar en otros sitios. 

Resulta que el Bosque Seco Chiquitano es un tipo de bosque seco tropical que tiene sus particularidades, y con una riqueza natural poco estudiada, en ese entendido, las investigaciones que se realizan a escala predial (a nivel del Centro de Estudios Alta Vista) podrían ser replicados a escala Ecorregional (la Ecorregión del Bosque Chiquitano) o proyectarlas a escala Global (con miras a otros bosques secos tropicales que existen en el mundo, ya sea en Sudamérica, así como en África, Madagascar, India y Asia). 

En Alta Vista, se viene desarrollando un Sistema de Registro de Información con el objetivo de monitorear en el largo plazo, cinco grandes componentes estratégicos como son: la fauna, el clima, el agua, las abejas nativas y el comportamiento fenológico de especies representativas del bosque seco chiquitano. Estos registros permitirán en un futuro entender el comportamiento de cada componente, pero también cómo interactúan entre sí. 

Los resultados de este monitoreo sistemático, permitirán a mediano y largo plazo cruzar información para entender aspectos vinculados a cambios en el clima, detectar periodos de sequía, pulsos en la dinámica de la fauna, ritmos de floración y fructificación, efectos del cambio del clima sobre polinizadores como las abejas nativas, entre otros. 

De forma paralela y para que estos estudios se puedan realizar, hay un programa de estudios que maneja un fondo económico, con el fin de impulsar y motivar investigaciones cortas, concretas y alineadas a los mencionados componentes. Desde los incendios forestales de 2019 también se vienen impulsando estudios para tratar de entender cómo responde el bosque a este tipo de eventos,detalló Azurduy. 

Estos fondos ya están en su cuarta versión. El primero se realizó con recursos de la FCBC y los tres siguientes con financiamiento de Canadá. Y son precisamente los resultados preliminares de la última versión los que conoceremos en este reportaje. Con el propósito de conocer cómo responden los sistemas naturales a los incendios forestales. De un total de 10 estudios, 8 se llevaron a cabo en AltaVista y 2 en el sur de la Chiquitanía, en el Área de Conservación e Importancia Ecológica Ñembi Guasu. 

“En 2019 alrededor de 500 hectáreas de Alta Vista se vieron afectadas por un incendio forestal iniciado en un predio contiguo, de ahí que,  aprovechamos para establecer parcelas de investigación, en la zonas quemadas como también en parcelas testigo”, explicó el responsable del Programa de Estudios.  

A decir de Huáscar Azurduy, muchos de los resultados de los estudios nos dicen que el bosque seco tiene capacidad de resiliencia y respuesta a los incendios forestales, dependiendo de la severidad del incendio, no va a poder regenerarse totalmente, pero va a poder recuperarse en el tiempo, esa es una conclusión genérica, sin embargo, hay un nivel de incertidumbre cuando los incendios son frecuentes y se repiten en extremo. Por el desconocimiento que existe y el principio precautorio, debemos asegurar que la regeneración natural se vaya dando en estos sitios quemados, que se nutren de los sitios que no fueron afectados por los incendios, en ese sentido la recomendación es evitar en lo sucesivo nuevos incendios en los bosques intactos. 

Sobre los estudios

Desde la Red Ambiental de Información (RAI),buscamos rescatar la esencia de los estudios realizados con el fin de dimensionar sus respectivos aportes en la lógica de entender lo que el bosque nos está queriendo decir a través del conocimiento y la ciencia. 

Rosario Arispe, Coordinadora de Investigación e Información Técnica del proyecto e Investigadora del Museo Noel Kempff Mercado, resaltó la parte humana que existe detrás de cada trabajo de investigación, del esfuerzo por aprender cosas nuevas para aplicar metodologías novedosas, como la capacitación en ascenso a las copas a los árboles, la capacidad de adaptarse de manera permanente a circunstancias que se presentan en el camino. Así mismo, destacó que la mitad de los investigadores tanto titulares como asistentes, fueron mujeres, de esta manera quedó plasmada la equidad de género. 

Para Arispe, Alta Vista es un lugar con mucho potencial, porque se tiene un bosque conservado, sitios productivos y existe mucha presión alrededor. 

Regeneración natural y estrategias de adaptación al fuego de las especies forestales

Ante los vacíos de información con respecto a la interacción del Bosque Seco Chiquitano con el fuego, este estudio pretende conocer la regeneración natural y las estrategias de adaptación de las especies forestales, explicó Bonifacio Mostacedo docente investigador de la Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (UAGRM). 

Una primera parte de este estudio buscó conocer si la limpieza de bejucos podría ayudar a los árboles a regenerarse naturalmente, para saber, se han establecido parcelas en áreas quemadas y otras no, así como en parcelas con limpieza y otras sin limpieza. La segunda parte se refiere a las estrategias ¿Los árboles totalmente quemados están realmente muertos? En el Cerrado, en el Bosque Seco Chiquitano y el Abayoy se han investigado dos aspectos: los rebrotes de los árboles quemados y el papel que juega el grosor de la corteza para aguantar el impacto del fuego. 

Bonifacio Mostacedo, docente investigador de la Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (UAGRM), durante el trabajo de campo. 

Sobre los resultados, Mostacedo explicó que tanto el fuego como la limpieza de bejucos ayudó a la regeneración natural en plantas de hasta 2 metros de altura y muchas fueron favorecidas tanto en tamaño como en diámetro. Se pudo evidenciar que las especies con cortezas de 3 a 4 cm tienen más tolerancia al fuego a diferencia de otros individuos pequeños que mueren. Sin embargo, todo depende de la intensidad del fuego y muchas otras variables que se deben tomar en cuenta como la humedad y la composición química de la corteza. 

Estos resultados, que se están investigando desde 2019, quedarán plasmados en una Guía de Estrategias de Adaptación que contendrá información de al menos 50 especies que tienen la capacidad de rebrotar. 

Para saber más de los visitantes florales e insectos polinizadores

Las flores tienen ciclos de vida bastante cortos, en un solo día o incluso horas tienen que acelerar todos sus procedimientos para ser fecundadas y que la planta pueda generar frutos, es así que despliegan todos sus mecanismos de color, olor, forma y sus recompensas de néctar y polen para atraer a sus polinizadores. Por su parte, los insectos ponen en marcha sus estímulos olfativos y se acercan a las flores con buenas recompensas de néctar y polen. 

Estudiar la interacción de las plantas con los polinizadores, uno de los trabajos más detallados y extensos.

“Los insectos no son automáticos, consideran varios elementos, hay unos especializados en forrajeo, a otros les gusta el color, pero estas consideraciones cambian cuando hay un estímulo olfativo y se direccionan a algo mejor. Estas consideraciones las tomamos en cuenta para analizar tres especies de flores en Alta Vista: Uña de gato (Bauhinia mollis), Cari Cari (Senegalia polyphylla) y Chipiripi (Zanthoxylum caribaeum)” detalló Alexandría Saravia, del Laboratorio de Botánica de la Carrera de Biología de la UAGRM. 

Alexandría Saravia del Laboratorio de Botánica de la Carrera de Biología de la UAGRM, a cargo de las indagaciones de los visitantes florales e insectos polinizadores.

Para evaluar la respuesta de los visitantes florales e insectos polinizadores en el Bosque Seco Chiquitano y el potrero, se consideró las características florales, identificó a los visitantes, la tasa de visitas y la efectividad polínica, se tomó en cuenta la hora en que abre la flor, el porcentaje de floración, cuántas flores se abren en esos horarios, el tiempo de vida de la flor, la receptividad del estigma y viabilidad de polen. 

Este extenso trabajo tomó en cuenta la tasa de vistas: quiénes, a qué hora y cuántas veces se acercan los insectos. Fueron muchas variables, determinadas para las flores y para los polinizadores, de esta manera se definen los mecanismo ecológicos que se establecen a partir de la interacción planta – insecto, que pueden ser utilizados como base teórica para la creación de estrategias de restauración ecológica. “Quiere decir, que no solo tenemos que cuidar a las plantas, sino que debemos conocer el rol de los insectos. Es una información básica para el proceso de restauración”, precisó la investigadora. 

Se estudió la interacción planta – insecto, ya que esta investigación pueden ser utilizado como base teórica para la creación de estrategias de restauración ecológica.

Escudriñando en la copa de los árboles, una nueva etapa de investigación

Según el biólogo Luis Acosta, investigador asociado al Museo de Historia Natural Noel Kempff Mercado, en el Neotrópico existen muchos estudios de mamíferos en el estrato bajo (suelo) y el subdosel, quedando poco conocida la parte del dosel. Esta es la primera indagación de su tipo para el Bosque Seco Chiquitano y de las pocas en bosques secos tropicales,  en ese sentido, el estudio liderado por Acosta  en Alta Vista priorizó la parte alta del bosque, para ello, luego de un entrenamiento de ascenso colocaron 12 trampas cámara, algunas a 4 metros y otras a 20.  

Colocar las trampas cámara en el dosel, fue una técnica novedosa para el Bosque Seco Chiquitano.

Como resultado se reportaron 8 especies de mamíferos, la más abundante según los registros fotográficos fue la Carachupa de cola lanuda (Glironia venusta), seguida por el Mono Martín (Sapajus apella), Mono michi (Potos flavus), una ardilla y la rata arborícola (Rhipidomys sp).

“Hasta no hace mucho en Alta Vista se conocían 40 especies de mamíferos, con este trabajo se adicionan 3 más al listado: la Carachupa de cola lanuda, el Mono michi y la Rata arborícola, que no mide más de 15 cm”, detalló Acosta. 

La carachupa, pese a tener una distribución amplia es poco conocida, existen datos que habita en el Parque Nacional Noel Kempff Mercado, pero ahora la reportamos desde Alta Vista, de esta manera el presente estudio está aportando a un mayor conocimiento de la especie. Tomando en cuenta que el dosel en nuestro medio es desconocido, estamos revelando datos importantes para la fauna local. El estudio también levantó datos de los patrones de actividad de las distintas especies mencionadas. 

Diagnóstico poblacional de especies frutales importantes para la fauna silvestre 

Una de las interacciones de tipo mutualista entre plantas y animales es la frugivoría, el bosque proporciona alimento a la fauna silvestre y a su vez ellos dispersan las semillas para que el bosque esté saludable, así comenzó su plática Marisol Toledo docente investigadora de la carrera de Biología de la UAGRM. 

Con el fin de tener información útil para la conservación del Bosque Seco Chiquitano, para este estudio se realizó una evaluación del estado poblacional de las especies frutales ampliamente consumidas por la fauna silvestre, en especial los mamíferos. Para monitorear a la fauna ubicaron siete especies frutales en las sendas donde estaban las trampas cámara, se evaluó a los individuos adultos así como la regeneración de especies frutales. 

Marisol Toledo, docente investigadora de la UAGRM, buscando especies frutales importantes para la fauna silvestre.

“En el análisis de resultados nos asombró la poca cantidad de especies frutales que existen. De las 7 elegidas, las 2 más abundantes son el azucaró y el pacobillo, entonces quisimos saber qué especies están compitiendo con las frutales y descubrimos que el bosque está dominado por leguminosas. Hay zonas en Alta Vista llenas de garabatá, una bromelacea que compite y evita la regeneración de las especies frutales”, explicó Toledo. 

Dijo que aún se están analizando los datos y que este monitoreo, en un contexto de cambio climático, nos está diciendo que hay que seguir monitoreando el bosque y las especies. Tenemos que saber qué comen los animales y cómo están las plantas. 

La importancia de un riachuelo para los mamíferos, anfibios y reptiles

Para evaluar la presencia de este tipo de fauna en las inmediaciones del riachuelo, se realizaron varios tipos de muestreo en 6 zonas: alejadas del río, en el río y el potrero, en cada una se colocó trampas cámara, explicó José Carlos Herrera de la carrera de Biología de la UAGRM.  

En los análisis preliminares, encontraron 29 especies de anfibios y reptiles que representan a 5 familias, siendo el género de los Hílidos los más abundantes, dentro de los reptiles se encontró 4 especies de 3 familias. “Al comparar los datos del río, potrero y bosque, vimos que hay más individuos alrededor de los ríos, sin embargo la abundancia y riqueza no se repite en todas las zonas del estudio”, detalló el investigador. 

La rana (Rhinella scitula), una de las 29 especies de anfibios identificadas por el equipo del Biólogo José Carlos Herrera.

Las conclusiones preliminares muestran que existen mamíferos grandes en Alta Vista como Anta y el Chancho Tropero, que el agua influye pero hay diferencias de un lugar y otro. En los potreros existen especies, pero mucho menos que en el riachuelo o el bosque, en las zonas más alejadas hay mamíferos grandes y en las inmediaciones de la represa mayor número de anfibios, debido a que el agua es permanente. 

Una guía novedosa sobre escarabajos coprófagos 

La bióloga Yannet Condori, Investigadora Asociada del Museo Noel Kempff Mercado, está elaborando lo que será la primera guía de los Escarabajos Coprófagos de Bolivia. Se trata de un estudio realizado en las zonas de amortiguamiento del Chaco Chiquitano y Abayoy, tanto en sitios quemados como en bosques conservados. 

La especialista Yannet Condori, investigadora asociada al Museo Noel Kempff Mercado, junto a un equipo de investigadores, está elaborando la primera guía boliviana de escarabajos coprófagos.

El material contendrá 35 especies de Sacarabaeidae distribuidos en tres subfamilias Sacarabaeinae (32 especies), Aphodiinae (2 especies) y Geotrupinae (1 especie).

“Para los datos hemos tomado en cuenta coloración, textura, tamaño, pelos, gránulos, protuberancias, estrías, dientes, longitud, dieta, comportamiento, nombre científico, el lugar de procedencia (bosque quemado o conservado), hábitat, características morfológicas y distribución”, detalló Condori. 

La variedad de escarabajos que se conocen para Bolivia son 216 especies agrupadas en 36 géneros, distribuidos en 7 tribus. Estas especies se dividen en cavadores, rodadores y moradores. Los escarabajos coprófagos desempeñan un papel muy importante por los servicios ecológicos que brindan como la aireación y fertilización de los suelos, mantenimiento de los elementos nitrogenados, descomposición de materia orgánica, eliminación de quistes y parásitos en los vertebrados y dispersión secundaria de semillas.

Murciélagos dispersores de semillas ayudan en la restauración 

Para conocer las especies de murciélagos que viven en Alta Vista y saber cómo participan en la dispersión de semillas, el equipo liderado por José Luis Poma, Investigador Asociado al Museo Noel Kempff Mercado, capturó durante varias noches a lo largo de 3 meses, 78 individuos de 13 especies, siendo los frugívoros los más abundantes. 

Se registraron 3 especies más de murciélagos, que no estaban en los listados de Alta Vista. La imagen corresponde a un Artibeo grande (Artibeus lituratus).

Pero además se ha añadido a Alta Vista en la distribución al Murciélago Rayado de Nariz Peluda (Gardnerycteris crenulatum) una especie de amplia distribución, pero difícil de encontrar. La otra especie encontrada es el raro Lampronycteris brachyotis que solo se conocía al oeste de Santa Cruz y Cochabamba y ahora, después de 20 años, se lo volvió a observar en Alta Vista. La presencia de estas dos especies son un bioindicador de la buena salud del bosque. 

También se registró al murciélago orejudo (Lophostoma silvicolum), estos tres en particular no figuraban en las listas. “Hay más especies de murciélagos que no hemos logrado capturar y que en otra temporada y adicionando otros métodos se podrían registrar”, aseguró Poma.

Sobre las semillas registradas en las heces de los murciélagos se contabilizaron 1.600 de 15 especímenes, pero también se ha podido evidenciar que algunos murciélagos consumen frutos cuya semilla no pueden ingerir, pero las transportan de 2 a 10 km de distancia. 

Como conclusión, aunque aún queda mucho por registrar, el centro Alta Vista conserva un número importante de murciélagos y la cantidad de semillas ingeridas por estos es alta, ayudando a la regeneración del bosque en esta área. 

97 especies de aves en las cortinas rompeviento de los ambientes ganaderos 

Para investigar este tema, el equipo liderado por Betty Flores, docente investigadora de la Carrera de Biología de la UAGRM trabajó en la zona de los potreros de Alta Vista, allí eligieron 22 cortinas rompevientos anchas y delgadas. Como resultado se registraron 97 especies de aves, con un total de 1.275 individuos correspondientes a 42 familias. Las más abundantes son los Gorriones, Tucanes, Carpinteros, Tucanillos, Loritas, Tordos, Maúris, Chopochoros, Trepatroncos, entre otros. 

 El equipo liderado por Betty Flores, docente investigadora de la Carrera de Biología de la UAGRM trabajó en la zona de los potreros de Alta Vista, donde eligieron 22 cortinas rompevientos anchas y delgadas. Como resultado se registraron 97 especies de aves correspondientes a 42 familias.

Según Flores, no encontraron diferencias significativas en cuanto a la abundancia y la riqueza, pero sí en la composición y la identidad de las especies. Durante la fructificación de los Ambaibos estaban presentes algunas especies del bosque, pero que pasó esta época ya no se los volvió a encontrar, esto quiere decir que las especies con frutos son importantes en la composición de las cortinas, las aves las utilizan para alimentarse, pero también como refugio en las horas de calor. 

Abejas nativas en Ñembi Guasu 

El estudio y monitoreo de las abejas nativas es uno de los cinco componentes estratégicos, ya que son consideradas las polinizadoras más activas de los ecosistemas. En Bolivia están registradas 487 especies, pero se estima que son más de 900, distribuidas en todas las regiones, aseguró la estudiante de biología de la UAGRM, Sissy Suárez Castro, asistente de Fernando Guerra, Investigador Asociado al Museo Noel Kempff Mercado y titular de esta indagación. 

Un equipo dirigido por  Fernando Guerra, Investigador Asociado al Museo Noel Kempff Mercado utiliza la técnica de barrido de flores para colectar abejas nativas para el estudio y monitoreo de estos polinizadores, que tienen un papel relevante en la preservación y recuperación de los bosques.

En el estudio que se realizó en el área de Conservación de Importancia Ecológica ubicada en el municipio de Charagua a 15 km al sur de Roboré, se encuentra entre dos parques nacionales: Kaa Iya del Gran Chaco y Otuquis que forman un corredor biológico. El punto preciso fue el derecho de vía de Gas Trans Boliviano. Allí se levantó información en dos zonas de bosque y dos zonas donde hubo incendios, con el objetivo de encontrar mayor biodiversidad y menor abundancia. Como parte del resultado se encontró a la Xylocopa nigrocinta, una especie que vive en la copa de los árboles; Centris sponsa, una abeja que produce aceite en algunas plantas; la Melipona D´orbigny, una especie fácil de encontrar en espacios intervenidos; la Tetragonisca fiebrigies, prima de la abeja señorita y al igual que su pariente, buena polinizadora y la abeja orquídea (Euglossa modestior), que es un bioindicador de que el bosque se está recuperando, esta especie fue encontrada en las dos zonas de intervención. 

El primer estudio de paisajes sonoros de Bolivia 

Los paisajes sonoros son una línea nueva de la ecología, que permiten tener herramientas de monitoreo a gran escala, como también comprender el impacto del Cambio Climático y las actividades humanas. Se está aplicando en distintas problemáticas como son la cacería, deforestación, restauración, con aportes muy importantes en la conservación de los ecosistemas, explicó Kathrin Barboza, investigadora asociada al Museo Noel Kempff Mercado. 

El estudio es exploratorio y pretende sentar las bases aportando al conocimiento a través de los sonotipos de la biodiversidad, identificando componentes claves de monitoreo, con el fin de contribuir con el primer trabajo sobre el estudio de la ecología de paisajes sonoros en Bolivia.  

 La bióloga Kathrin Barboza, autora del primer estudio de paisajes sonoros de Bolivia. Con su estudio de paisajes sonoros, pretende sentar las bases aportando al conocimiento a través de los sonotipos de la biodiversidad.

Se trata de un estudio extenso que está en su tercera fase. Para los registros se instalaron tres estaciones acústicas (bosque quemado, bosque testigo y potrero) a distintas alturas en los tres sitios. Cada equipo tiene un detector pasivo que tiene dos micrófonos: uno acústico que escuchamos los seres humanos y un micrófono ultrasónico que detecta sonidos fuera de nuestro espectro auditivo. 

Barboza explicó que para el análisis de datos utilizaron una plataforma especial que se usa a nivel mundial y que forma parte de la red colaborativa Rainforest Connection, que permite y facilita el análisis. “Una vez que este proyecto esté concluido las grabaciones estarán disponibles para que investigadores del mundo puedan identificar las especies registradas en los distintos sonogramas”, detalló la investigadora. 

Sin duda, estos estudios son un gran aporte al conocimiento científico del Bosque Seco Chiquitano y del Área de Conservación e Importancia Ecológica Ñembi Guasu, pero no es el final, en estas áreas se seguirán generando nuevas investigaciones y se continuará con éstos estudios a más largo plazo, aún falta mucho por aprender de estos procesos naturales y de su reacción ante las distintas situaciones. 

Imagen principal: investigadores realizan estudios en el bosque Chiquitano. Foto: FCBC

*Este reportaje fue apoyado por Internews Earth Journalism Network

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