Por Eduardo Franco Berton (RAI)

En el marco de la 10ma Conferencia Global sobre Periodismo de Investigación (GIJC 17), llevada a cabo en la ciudad de Johannesburgo, Sudáfrica, entre el 16 al 19 de noviembre de 2017, la RAI participó de la sesión denominada Crímenes Ambientales y Contrabando de Vida Silvestre. La sesión estuvo moderada por Fiona Macleod, fundadora y editora del medio digital africano Oxpeckers, una plataforma especializada en periodismo de investigación ambiental. Entre los expositores invitados estuvo Bryan Christy, escritor de la revista National Geographic.

La 10ma Conferencia Global de Periodismo de Investigación (GIJC 17) reunió a 2.000 periodistas, investigadores, académicos, y representantes de instituciones, ONG, entre otros, de más de 70 países. Foto: Eduardo Franco Berton

El crimen ambiental y el contrabando de vida silvestre se encuentran entre las actividades criminales más rentables en el mundo. Ellas representan un peligro creciente para la supervivencia de ciertas especies. De esa manera, Bryan Christy, ha perseguido a contrabandistas de reptiles, cazadores furtivos de rinocerontes y elefantes. Sus investigaciones a menudo han tomado meses, o a veces años, siendo necesario trasladarse a diferentes países y continentes.

Durante la sesión sobre Contrabando de Vida Silvestre, Christy reveló algunos consejos para los periodistas, sobre cómo profundizar en toda la cadena del crimen ambiental y de la vida silvestre.

‘’La mejor manera de investigar temas de tráfico de vida silvestre es tratar de ponerse en los zapatas de los traficantes y hacerles la siguiente pregunta: ¿cuál crees que es la línea entre el hombre y la naturaleza?’’, manifestó el expositor.

Bryan Christy es un galardonado periodista de investigación independiente, autor, presentador de televisión y cineasta. Ha trabajado como escritor para la Revista National Geographic, como miembro de la National Geographic Society y como corresponsal de TV y documentalista del Programa Explorer. En 2014 fue nombrado explorador del año de la National Geographic Society.

Christy indicó que las historias que uno realiza sobre tráfico de vida silvestre pueden tener consecuencias, en ese sentido, las mismas no deben enfocarse en historias sobre animales, sino en historias sobre crímenes.

Para Christy, si reafirmamos la manera en que contamos estas historias, pasaremos de contar historias que pueden resultar deprimentes a historias que pueden ser entretenidas para nuestros lectores. ‘’Y les prometo, que vamos a lograr proteger la vida silvestre, el hábitat natural, cambios en política y que la gente mala sea enviada a prisión, y en eso tengo experiencia’’, comentó el afamado periodista, cuyos reportajes han llevado al arresto y condena de traficantes de animales, la aprobación de nuevas leyes y la elevación del tráfico de especies silvestres a “delitos graves” a nivel internacional.

Durante la conferencia, el expositor explicó que en la realización de la historia The King Pin: tráfico de vida silvestre asiático, la revista National Geographic cambió la manera en que contaba sus historias. Considerando historias que no tengan como enfoque la crisis animal, ni sobre especies en riesgo, sino que decidieron mudar de historias V (víctimas) a historias V (villanos).

Fue así que luego de la publicación del reportaje The King Pin, se logró atrapar a uno de los traficantes de vida silvestre más peligrosos de Asia, quien fue encarcelado primero a seis meses de prisión y luego condenado a cinco años, se trataba de Anson Wong, un contrabandista de vida silvestre apodado como el ‘’rey lagartija´´, por sus actividades de contrabando de reptiles en la región asiática.

Los crímenes ambientales, la explotación ambiental, son las historias de nuestro tiempo y como contemos esas historias harán la diferencia. (Bryan Christy)

En otro ejemplo, Christy habló sobre su historia Marfil Infame. ‘’25.000 elefantes africanos son cazados cada año. Yo me aproximé hacia esta historia para averiguar quiénes estaban comprando el marfil y por qué. Y descubrí que muchas de los objetos derivados del marfil eran objetos religiosos. Y entonces decidí que la religión sería el antagonista de mi historia’’, indicó Christy, al momento de manifestar que si uno como escritor puede ingresar en la mente de las personas que están comprando o traficando con estos objetos derivados del tráfico de vida silvestre, podremos contar historias increíblemente fuertes.

Elefantes africanos en el Parque Nacional Kruger, en Sudáfrica. Foto: Eduardo Franco Berton

La historia Marfil Infame estuvo en la portada de la revista National Geographic en 2012. Producto de la historia, la policía Filipina (país donde se lleva a cabo el reportaje) realizó redadas contra los traficantes de marfil de ese país. Inclusive, luego de la publicación del artículo, varias ONG Norteamericanas comenzaron a utilizar la base de datos de la historia, que era bastante detallada, y así identificar mejor la magnitud del problema del tráfico del marfil en el mundo.

Durante su disertación, Christy también presentó un video en donde mostró como para la realización de la segunda parte de su historia, colocaron un rastreador de GPS a un modelo falso de colmillo de elefante, para poder rastrear hacia donde se iba a mover esa pieza de marfil producto del tráfico ilegal de vida silvestre.

Gracias a esta tecnología pudieron mostrar en Google Earth, las rutas que siguió el colmillo de elefante falso, los puertos por donde pasó y en los shops donde terminó. Un hecho nunca antes realizado, para conocer más detalles sobre el movimiento de las peligrosas rutas del mercado negro del marfil por medio de África.

Deben tener una línea para poder acercarse a los traficantes de vida silvestre y oficiales de gobierno, la que yo utilizo es: Quisiera conversar contigo sobre la línea divisoria entre el hombre y la naturaleza. Cuéntame tu historia. (Bryan Christy)

Bryan Christy durante su exposición.

El expositor explicó que las historias sobre crímenes de vida silvestre son como un ‘’caballo de carga’’, que pueden llevar consigo una extensa cantidad de información. Es así, que si los lectores están entretenidos con la lectura de nuestra historia, podremos almacenar en las mismas toda la información técnica, científica o sobre comportamiento animal e información biológica, entre otras, que se necesita para una historia sobre cambio climático o vida silvestre.

‘’Siempre piensen en grande. Si vas a contar estas historias sobre crímenes de vida silvestre, investígalas como tales. No pienses en vida silvestre, piensa en el tráfico de drogas. Y si substituyes los productos de otras actividades ilícitas por el de tu investigación, mantendrás una disciplina en tu investigación, en tu historia, en tu narrativa’’, expresó el expositor.

Al finalizar su exposición, Christy dejó estos tres consejos para los periodistas que tienen interés en investigar temas de tráfico de vida silvestre:

  1. Realicen una investigación previa, no confíen únicamente en la información que puedan brindarles las ONG, no todas tienen el suficiente conocimiento en crímenes de vida silvestre.
  2. Siempre digan quienes son. Trabajar encubierto es sobrevalorado. Como periodistas siempre van a querer poder volver a conversar con sus entrevistados. Si van a realizar algún trabajo encubierto, traten que este sea el último recurso que vayan a utilizar.
  3. Intenten ponerse en los zapatos del otro. Que la precisión sea su mejor defensa. No caigan en los trucos melodramáticos de la ‘’vieja escuela’’ de contar historias en donde todo mundo se pone emocional y nadie hace nada. Hagamos algo diferente. Los crímenes ambientales, la explotación ambiental, son las historias de nuestro tiempo y como contemos esas historias harán la diferencia.
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