Por RAI

  • Un estudio observó el comportamiento de 103 especies de loros y logró cuantificar, por primera vez, que estos psitácidos desperdician el 11.8% de las frutas y el 14.6% de las semillas. Un comportamiento beneficioso para otras especies de plantas, animales y el funcionamiento del ecosistema.
  • En Bolivia el estudio cubrió 26 especies de loros, de las 53 que se cree tiene el país, en las ecorregiones del Pantanal, Bosque Seco Chiquitano, Valles Secos Interandinos, los Llanos de Moxos, Chaco y el Cerrado Beniano.

Un reciente artículo publicado en Scientific Reports, una revista científica del grupo Nature, indica que el inexplicable hábito de desperdiciar comida que tienen los loros, es un acto intencionado que busca mejorar la calidad y cantidad de frutos y semillas de los árboles. A esta conclusión llegaron 11 investigadores de España, Bolivia y Brasil cuyos hallazgos revelan el importante rol que tienen los loros en la biodiversidad.

La publicación explica que ‘’los loros (orden Psittaciformes) son un grupo de animales evolutivamente antiguo y diversificado, donde los desechos han sido observados anecdóticamente, pero nunca cuantificados. Es así, que combinamos enfoques experimentales con trabajo de campo realizado en los cinco continentes para comprender la importancia de este comportamiento en las especies de loros, sus causas y las consecuencias para otras especies.’’

Entre los descubrimientos, la investigación indica que ‘’la proporción del desperdicio de alimentos difería entre especies y durante todo el año. Los loros desperdiciaron más comida durante la temporada no reproductiva, cuando dependían de plantas exóticas y de frutas o semillas inmaduras.’’ Así también, los científicos registraron a 86 especies de aves, mamíferos, reptiles, peces y antas que se alimentaron de los alimentos desperdiciados (ya sea que estaban intactos o a medio abrir) por los loros. También, detectaron 28 especies diferentes que potencialmente actuaron como dispersores secundarios de las frutas y semillas desperdiciadas.

Paraba roja (Ara chloropterus) alimentándose. Foto: CLB

Este tipo de comportamiento, denominado por los expertos como ‘’jardineo’’, consiste en realizar una especie de poda de los frutos verdes para mejorar la calidad de los que quedan y propiciar que se alargue el periodo de producción del árbol. Lo que demuestra que los loros manejan el concepto de futuro y planean una mejor alimentación. Algo que tiene importantes implicancias para diferentes especies de plantas, para los mismos loros, para otras especies de animales que se alimentan de los alimentos desperdiciados y para el funcionamiento de todo el ecosistema. Ya que la dispersión secundaria es vital en el ciclo reproductivo de muchas plantas que dependen de esta.

El estudio, desarrollado a lo largo de 10 años en 35 biomas, 17 países y 5 continentes, observó el comportamiento de 103 especies de loros pertenecientes a 38 géneros, y encontró que estos psitácidos desperdiciaron el 11.8% de las frutas y el 14.6% de las semillas, alimentos correspondientes a 336 especies de plantas. Para ello, se observaron residuos dispersados por loros durante todo el año, tanto en la temporada reproductiva como en la no reproductiva. Y entre ese desperdicio se encontró que desechan principalmente frutas y semillas, aunque también flores, hojas, ramitas, tallos, brotes, parásitos y corteza.

El estudio también se realizó en Bolivia

Para José Antonio Díaz Luque, director ejecutivo de la Fundación para la Investigación y la Conservación de los Loros en Bolivia (CLB) y uno de los autores de la investigación, el estudio ayuda a la conservación de los loros y parabas en el país, porque ‘’se les da una importancia ecológica, no solamente hay que preservarlos porque son muy bonitos, sino porque cumplen un rol muy importante en la regeneración del ecosistema’’, describió.

Una paraba Frente Roja (Ara rubrogenys) alimentándose en los Valles Secos Interandinos de Bolivia. Foto: CLB

Díaz le indicó a la Red Ambiental de Información que su organización, en conjunto con la Estación Biológica Doñana de Sevilla (CSIC), aportaron con datos de los Departamentos de Beni y Santa Cruz, correspondientes a las ecorregiones del Pantanal, Bosque Seco Chiquitano, Valles Secos Interandinos, los Llanos de Moxos, Chaco y el Cerrado Beniano. ‘’En Bolivia se han cubierto 26 especies de psitácidos, de las 53 que se cree que existen en el país. Dentro de ellas se incluyen a las tres especies endémicas que son la Paraba Barba Azul, la Paraba Frente Roja y la Cotorra Boliviana (Myiopsitta luchsi)’’.

Además de José Antonio Díaz, los demás investigadores que participaron de esta investigación fueron Sebastián-González de la Universidad Miguel Hernández de Elche, José Luis Tella, Fernando Hiraldo, Dailos Hernández-Brito, Pedro Romero-Vidal, Eduardo Gómez-Llanos y Erica C. Pacífico de la Estación Biológica de Doñana (CSIC), Guillermo Blanco del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid (CSIC), Martina Carrete de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, y el brasileño Francisco V. Dénes de la Universidad de Alberta (Canadá).

Mira el video de una Paraba Barba Azul alimentándose

Puedes leer el artículo científico aquí

Foto de portada: un loro de la especie Amazona aestiva alimentándose. Créditos imagen: Fundación Conservación Loros Bolivia (CLB)

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