Un nuevo estudio utilizó millones de observaciones de aves recopiladas por ciudadanos para comprobar la eficacia de las zonas protegidas en los bosques tropicales de todo el mundo

Por RAI

Se considera que las zonas protegidas son el instrumento más importante para frenar la actual pérdida de diversidad biológica, pero la falta de datos sobre el terreno obstaculiza los esfuerzos por medir su eficacia en la práctica. Los científicos han utilizado ahora registros recopilados por miles de ciudadanos para demostrar que las zonas protegidas están contribuyendo significativamente a la conservación de aves raras y amenazadas en las zonas altamente biodiversas de los bosques tropicales, al prevenir la deforestación y la degradación forestal.

Para medir el efecto de las zonas protegidas, los investigadores necesitaban contrastar las observaciones de campo dentro de las zonas protegidas con las de sitios similares pero no protegidos. Se centraron en ocho regiones clasificadas como “hotspots” de biodiversidad mundial, es decir, con niveles muy altos de biodiversidad única pero que ya han perdido la mayor parte de su hábitat nativo. “Las regiones del mundo con la biodiversidad más amenazada son precisamente aquellas en las que más necesitamos áreas protegidas efectivas”, declaró Victor Cazalis, de la Universidad de Montpellier y autor principal del estudio. “Lamentablemente, estas regiones a menudo carecen de los datos de biodiversidad necesarios para evaluar la calidad de sus zonas protegidas”.

Las nuevas iniciativas de ciencia ciudadana están llenando este vacío de datos. El equipo de investigación analizó los registros de eBird, la mayor plataforma de ciencia ciudadana para la biodiversidad del mundo. En el último decenio se ha ampliado rápidamente la cobertura de las regiones tropicales, que ya incluye cientos de millones de observaciones de aves, recogidas por colaboradores que van desde los aficionados a las aves hasta los ornitólogos especializados.

Tras filtrar cuidadosamente estos datos para seleccionar las observaciones más robustas, los análisis se centraron en más de 2,6 millones de observaciones de 5.400 especies de aves, realizadas por casi 7.000 observadores.

Los resultados, publicados en la revista científica Nature Communications, muestran que la protección tiene un claro efecto positivo en las perspectivas de conservación de las especies de aves. “Encontramos que las zonas protegidas son particularmente eficaces para conservar las especies que tienen un área de distribución reducida, que están en peligro de extinción o que están especializadas en los hábitats forestales”, señaló Cazalis, “lo cual es una muy buena noticia ya que son las especies que más necesitan ser conservadas”.

El estudio también muestra que las zonas protegidas logran estos resultados positivos tanto al prevenir la deforestación como al conservar la calidad de los hábitats forestales restantes.

“Nuestras conclusiones confirman que las zonas protegidas son un instrumento eficaz para prevenir la disminución de la diversidad biológica”, dijo Ana Rodrigues, del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia y coautora del estudio, “por lo que tenemos que seguir invirtiendo en la ampliación de su cobertura y asegurar su gestión adecuada”.

Estos resultados son oportunos, ya que los gobiernos están negociando ahora objetivos de conservación mundial como parte de la Convención de Biodiversidad post-2020, que se adoptará en 2021 en la decimoquinta Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica.

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Foto de portada: Restringida a los bosques atlánticos del Brasil y en peligro de extinción, la Tángara de siete colores requiere zonas protegidas eficaces para evitar la pérdida y la degradación de sus hábitats forestales. Créditos: Hector Bottai

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