Por RAI

Esta ave es endémica de Bolivia y está  críticamente amenazada.

Una expedición realizada por la Asociación Civil Armonía descubrió a principios de febrero de este año una nueva zona de cría de la paraba Barba Azul (Ara glaucogularis) en el municipio de Santa Ana de Yacuma, Departamento del Beni. Según la organización, este nuevo descubrimiento ha sido considerado como un paso importante hacia la comprensión del ciclo de vida de esta paraba, y lo más importante, para asegurar la protección total de la especie, la cual se encuentra en peligro crítico de extinción. Según estimaciones de la institución quedan un aproximado de 250-300 ejemplares en vida silvestre.

Armonía protege las áreas de descanso y alimentación de la mayor población silvestre de parabas Barba Azul en la Reserva Natural Barba Azul, que se encuentra en el municipio de Santa Ana de Yacuma, en el Departamento del Beni, desde 2008.

Las recientes observaciones de un récord de 118 parabas indicaron un aumento saludable de la población de la especie en esta reserva. Sin embargo, la mayoría de estas aves sólo utilizan el área de mayo a noviembre. Al comienzo de la temporada de cría, las parabas parecen dispersarse a sitios desconocidos, volviendo al lugar en pequeños grupos en marzo, según los especialistas de la institución. Este hecho mantiene aún la interrogante de los conservacionistas sobre dónde es que se reproducen todas estas aves.

En enero de 2016, Gustavo Sánchez Ávila, quien es el coordinador del programa de conservación de la paraba Barba Azul que lleva adelante Armonía, descubrió 15 aves al norte de la Reserva, durante una expedición apoyada por la Fundación Loro Parque. Con esta evidencia en mano, y con el apoyo de la ONG American Bird Conservancy- ABC (Conservación Americana de Aves) y El Zoológico de Cincinnati, Armonía inició la búsqueda de otros sitios de cría hacia el norte.

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El período de anidación de la paraba Barba Azul coincide con la temporada de lluvias de la región, que son de noviembre a abril. Durante este tiempo, la sabana del Beni está mayormente inundada. Foto: Tjalle Boorsma

El período de anidación de la paraba coincide con la temporada de lluvias de la región, que ocurre de noviembre a abril. Durante este tiempo, la sabana del departamento del Beni queda principalmente inundada. Estas inundaciones evitan el ingreso de vehículos a estas áreas, por lo que la expedición de Armonía se realizó a caballo.
La excursión de febrero estuvo a cargo de Tjalle Boorsma, coordinador de la Reserva Natural Barba Azul. Bien adentro de las sabanas benianas, Tjalle y su equipo descubrieron cuatro nuevos nidos de la paraba, hacia el noroeste de los límites de esta Reserva Natural.

Tras un arduo recorrido de unos 130 kilómetros la comitiva se adentró a la profundidad de las praderas inundadas. Inicialmente, el equipo de campo enfocó sus búsquedas en las islas de bosque de la palmera de Motacú (Attalea phalerata), ya que esta palmera es una de las preferidas por la paraba. Estas aves se alimentan de los abundantes que están disponibles durante todo el año. En total, fueron analizadas 31 islas de bosque de Motacú pero con pocos resultados. Sin embargo, 16 aves fueron nuevamente observadas en una isla de bosque de cría descubierta en 2016.

“Registramos un número significativo de parabas azul y amarilla (Ara ararauna) en la zona, pero para nuestra sorpresa la isla del bosque dominada por Motacú no mostró signos de parabas Barba Azul. El descubrimiento ocurrió cuando avistamos un par de parabas Barba Azul que salieron de un sitio de palmeras reales (Mauritia flexuosa). Este descubrimiento dio un nuevo alcance a toda la expedición”, detalló Tjalle Boorsma, líder de la expedición.

Contrariamente a las hipótesis anteriores, en lugar de Motacú, las aves fueron encontradas posándose en palos de palma reales secos. Estos parches de palma eran de difícil acceso, ya que estaban inundados debido a las lluvias recientes. Esta barrera natural podría muy bien ser la razón por la que las parabas eligen estos palos de palmera para establecer sus cavidades de anidación.

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Para confirmar que las parabas Barba Azul usaban estas cavidades para anidar, Tjalle se ocultó en medio de hojas de palma. Foto: Luis Miguel Ortega

Para confirmar que las parabas usaban estas cavidades para anidar, Tjalle tuvo que permanecer oculto en medio de hojas de palmera un tiempo. Después de seis horas de espera, observó cautelosamente como una pareja de esa especie regresaba a su nido. Esta actividad confirmó que la cavidad se estaba utilizando como un sitio de anidación. Un segundo nido fue descubierto más tarde en otro tronco de palma real seco. Esto fue seguido por el descubrimiento de dos nidos más en palmeras de Totaí (Acrocomia aculeata).

“Encontrar los nidos en la Palma Real y Totaí ayudó a completar nuestras investigaciones. Ahora sabemos definitivamente que la Barba Azul prefiere las palmeras de Totaí y la Palma Real para anidar, ya que los troncos de palmeras secas les proporcionan una mejor visión de sus alrededores”, detalló Boorsma sobre los hallazgos de la expedición.

Durante la expedición, el investigador pudo verificar que las cavidades en las palmas realmente tenían un nido de paraba Barba Azul. Sorprendentemente, en el caso de los dos nidos en las palmeras de Totaí, las aves eligieron localizaciones a 50 metros de una propiedad ganadera y no mostraron ningún signo de alteración por su proximidad a los humanos y el ganado.

“Los nidos se dispersaron a lo largo de casi la misma latitud, a una distancia de 10 a 12 kilómetros, generalmente ubicados no muy lejos de los límites de la Reserva Natural Barba Azul”, develó Boorsma. “En este punto sería demasiado pronto para especular si las aves encontradas durante esta expedición son de la misma colonia que visita la Reserva en la estación seca, o constituyen una población separada”, concluyó.

Para responder a esto, y muchas otras preguntas pendientes sobre los hábitats de cría de la paraba Barba Azul, Armonía y ABC lanzarán una segunda expedición a la sabana de Beni, a finales de marzo. Paralelo a las investigaciones en el campo, un grupo de expertos liderado por la investigadora Lisa Davenport, están en el proceso de diseñar unidades de GPS a prueba de parabas. El uso de esta tecnología permitirá rastrear las migraciones estacionales de las aves marcadas.

Con esta nueva información sobre el hábitat de cría local de la paraba, Armonía ajustará el programa de nidos artificiales que desarrolla en la Reserva Natural Barba Azul para incluir nidos mucho más altos, con palmas aisladas, imitando los nidos naturales de esta región, según informó a la RAI Rodrigo Wilber Soria, director ejecutivo de Armonía.

Parabas Barba Azul en nidos artificiales en la estancia La Esperancita, Beni. Foto: Asociación Armonía

Foto de portada: Sebastian Herzog / Asociación Civil Armonía

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