Por Huáscar Bustillos/ RAI

Unos de los mamíferos muy poco conocidos en Bolivia es el culotapao también llamado coseveru, tapafrasco o yeta. Su nombre científico es Calyptophractus retusus, fue descubierto el año 1859 por el naturalista alemán Herman Burmeister, en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, en la zona del actual barrio el Parí, lugar donde se libró la mítica batalla por la independencia de Bolivia en 1816.

Espécimen de culotapao (Calyptophractus retusus) del Zoológico Municipal de Fauna Sudamericana Noel Kempff Mercado. Foto: Huáscar Bustillos

El nombre de “culotapao” se debe a la peculiar forma que presenta la parte posterior de su cuerpo, que tiene una forma plana, que da la impresión de que este animalito no tuviera una salida excretoria definida. Otro elemento, que es característico del culotapao y que lo diferencia del resto de los demás armadillos, es la cola, que tiene la forma de una pequeña espátula y cumple una función a manera de quinta pata, que sostiene el peso del cuerpo al momento de excavar, ya sea para huir o buscar alimentos.

Han pasado 155 años del hallazgo de esta peculiar especie pero muy pocos ejemplares han sido colectados en Bolivia, con fines de investigación científica, debido a que es un mamífero bastante tímido y esquivo; al menor ruido comienza a excavar desapareciendo bajo la arena en pocos segundos, lo cual explica su poca observación en el campo. Los pocos avistamientos debido a sus hábitos subterráneos, seguido por la extrema dificultad de su manutención en cautiverio, imposibilita la descripción de su historia natural, por lo que se conoce muy poco sobre su ciclo reproductivo, tiempo de vida y preferencias alimenticias.

INCANSABLE EXCAVADOR

El culotapao es pequeño, mide aproximadamente 17 centímetros; su pelo es largo de un color blanquecino, moderadamente tieso y distribuido en los laterales del cuerpo. Su caparazón es flexible y de un color rosado claro, lo que sugiere que tiene un mimetismo (camuflaje) para ambientes secos-arenosos, evitando a potenciales depredadores como lechuzas y carnívoros (zorros y felinos). Es un excelente excavador ya que puede enterrarse completamente en cuestión de segundos, desapareciendo de la vista de sus perseguidores.

Culotapao cavando en la arena. Foto: Huáscar Bustillos

VIVE EN AMBIENTES SECOS

La distribución del culotapao se halla confinada aparentemente a los ecosistemas chaqueños más secos del sudeste de Bolivia, oeste de Paraguay y el norte de Argentina.

En Bolivia, los datos sobre la distribución de este mamífero son todavía preliminares debido a la escasez de reportes. Espacialmente, la mayoría de los registros atribuidos a esta especie provienen de la zona chaqueña de Santa Cruz, y en menor grado hay reportes de datos en las zonas arenosas cercanas al río Piraí, como lo son las pampas del Urubó, Viru Viru y zonas aledañas a la ciudad. En todo caso la distribución tentativa actual se restringe al departamento de Santa Cruz; pero es muy razonable pensar en el hecho de que puedan existir poblaciones de Calyptophractus retusus en departamentos que compartan al Chaco como unidad vegetal, como es el caso de Tarija y Chuquisaca ampliando su distribución en el país.

PRINCIPALES AMENAZAS

El culotapao al ser una especie pequeña, no es cazada para fines alimenticios a diferencia de sus parientes como el corechi (Tolypeutes matacus) o el tatú negro (Dasypus novencinctus). Sin embargo, los principales problemas que enfrenta son la perturbación y destrucción de su hábitat. Por ejemplo, en la zona chaqueña del Isosog, la amenaza más notoria es la expansión de la frontera agrícola y la ganadería extensiva con la cría de vacas y chivos. Si bien las poblaciones del culotapao ubicadas en el Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado (ANMI) Kaa-Iya del Gran Chaco, gozan de cierta protección, la situación es diferente para las poblaciones en las pampas próximas a la ciudad de Santa Cruz de la Sierra.

El llamado “boom de la construcción” que implica la edificación de condominios privados, así como la progresiva expansión de la ciudad hacia zonas de alto valor ecológico como las pampas del Urubó y Viru Viru, que circundan el lecho del río Piraí, están poniendo en riesgo la existencia de esta emblemática especie.

Otro factor que atenta a la supervivencia de esta especie, es la creciente actividad económica de la extracción de áridos para construcción en las márgenes de río Piraí, que altera completamente su hábitat. Otra amenaza directa que sufre el Coseveru es el folklore, debido a que el pueblo guaraní del chaco cruceño tiene la creencia de que este animalito es “malagüero” y que representa un emisario de “muerte” para algún miembro de la comunidad. Tal fatal amenaza, se resuelve matando y quemando inmediatamente al indefenso animal. Esta práctica cultural puede deberse a que este pequeño armadillo emite un sonido lastimero (chillido) muy parecido al llanto de un niño pequeño.

 

Huáscar Bustillos es biólogo especialista en las temáticas de Ecología e Investigación ecosocial con más de ocho años de experiencia profesional. Ha dictado cátedras y cursillos dentro y fuera de Bolivia. Ha combinado la investigación científica, con la escritura, logrando publicar en revistas internacionales y en los periódicos mas importantes del país. Actualmente se dedica a la consultoría independiente, cátedra y a la realización de programas de investigación, relacionadas con las temática de biodiversidad y pueblos indígenas.

 

Mira aquí el video de un culotapao alimentándose

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