El país ha avanzado desde el quinto lugar, posición que ocupaba en 2018, al segundo lugar en 2024. En estos años nunca ha estado fuera del ranking de los 10 países con mayor pérdida de cobertura de bosques tropicales primarios. En 2019 escaló al cuarto lugar, en 2020, 2021, 2022 y 2023 se mantuvo en el tercer lugar.
La devastación forestal no cede en Brasil, Bolivia y la República Democrática del Congo, que siguen perdiendo sus valiosos bosques primarios. Globalmente, 2024 fue un año crítico: la pérdida de cobertura forestal se disparó a niveles récord, con los incendios masivos emergiendo, por primera vez, como la causa principal y más catastrófica.
El informe de Global Forest Watch, con datos del Laboratorio de Análisis y Descubrimiento Global de Tierras (Global Land Analysis and Discovery, GLAD) de la Universidad de Maryland, revela una situación alarmante para Bolivia. En 2024, el país experimentó un aumento del 200 % en la pérdida de bosques primarios, alcanzando un total de 1,5 millones de hectáreas (3,7 millones de acres).

Esto lo posiciona, por primera vez, como el segundo país con mayor pérdida de bosques tropicales primarios a nivel mundial, superando a la República Democrática del Congo, a pesar de tener menos de la mitad de su área forestal. Más de la mitad de esta devastación se atribuye a mega incendios forestales que arrasaron más de 12,6 millones de hectáreas de diversos ecosistemas. Estas quemas, utilizadas para expandir la frontera agrícola, se descontrolaron debido a una sequía sin precedentes y a políticas gubernamentales que en vez de prevenir y responder, agravaron el problema.

De acuerdo a Stasiek Czaplicki Cabezas, investigador boliviano y periodista de datos de Revista Nómadas: “Los incendios que arrasaron Bolivia en 2024 dejaron cicatrices profundas, no solo en la tierra sino en las personas que dependen de ella. El daño podría tardar siglos en revertirse. En todo el trópico, necesitamos sistemas de respuesta ante incendios más sólidos y un alejamiento de las políticas que fomentan la deforestación peligrosa, o este patrón de destrucción solo empeorará”.
Brasil, el país con la mayor área de bosque tropical, representó el 42 % de toda la pérdida mundial de bosque tropical primario en 2024. Los incendios, alimentados por la peor sequía registrada y altas temperaturas, causaron el 66 % de esa pérdida, un aumento de más de seis veces con respecto a 2023. La pérdida de bosques primarios por otras causas también aumentó en un 13 %, principalmente debido a la agricultura a gran escala para soya y ganado, aunque aún por debajo de los picos observados a principios de los años 2000 y durante la era Bolsonaro. La Amazonía experimentó su mayor pérdida de cobertura arbórea desde 2016, mientras que el Pantanal sufrió el mayor porcentaje de pérdida de cobertura arbórea en el país.
Desde World Resources Institute (WRI) Brasil, Mariana Oliveira, directora del Programa de Bosques y Uso del Suelo, reconoce que “Brasil ha logrado avances con el presidente Lula”, pero enfatiza que “la amenaza a los bosques persiste”. Oliveira subraya que, “sin una inversión continua en prevención de incendios a nivel comunitario, una aplicación más firme de la ley en los estados y un enfoque claro en el uso sostenible del suelo, los progresos obtenidos podrían desvanecerse”. De cara a la COP30, que Brasil acogerá, la experta destaca una oportunidad inigualable para que la protección forestal ocupe un lugar central en la agenda mundial.
En 2024, la República Democrática del Congo (RDC) y la República del Congo (RC) presentaron los niveles más altos de pérdida de bosques primarios registrados. La pérdida de bosques primarios se disparó en un 150 % en comparación con el año anterior, con incendios como causa del 45 % del daño, agravados por condiciones inusualmente cálidas y secas. Al igual que la Amazonía, la cuenca del Congo desempeña un papel crucial como sumidero de carbono, pero los incendios crecientes y la pérdida de bosques ahora amenazan su función vital. En la RDC, la pobreza, la dependencia de los bosques para la alimentación y la energía, y el conflicto continuo impulsado por grupos rebeldes han alimentado la inestabilidad y provocado un aumento en la conversión de tierras, lo que ha agravado aún más la pérdida de bosques.
Teodyl Nkuintchua, líder de Estrategia y Compromiso de la Cuenca del Congo, WRI África, declaró que: “las altas tasas de pérdida de bosques en la RDC reflejan las duras realidades que enfrentan nuestras comunidades: pobreza, conflicto y una profunda dependencia de los bosques para sobrevivir. No hay una solución única, pero no cambiaremos la trayectoria actual hasta que las personas de toda la cuenca del Congo estén plenamente empoderadas para liderar esfuerzos de conservación que también respalden sus economías rurales”.
En Colombia, la pérdida de bosques primarios aumentó en casi un 50 %. Sin embargo, a diferencia de otros lugares en América Latina, los incendios no fueron la causa principal. En cambio, la pérdida no relacionada con incendios aumentó un 53 % debido a la inestabilidad derivada del colapso en las negociaciones de paz, incluyendo la minería ilegal y la producción de coca.

Joaquín Carrizosa, asesor senior de WRI Colombia, señaló: “en 2023, Colombia registró la mayor reducción en pérdida de bosques primarios en 20 años, demostrando que cuando el gobierno y las comunidades trabajan juntos, el cambio real es posible. El aumento en la pérdida de bosques primarios en 2024 es un retroceso, pero no debería desanimarnos como país. Necesitamos seguir apoyando las economías locales basadas en la naturaleza, especialmente en zonas remotas, e invertir en soluciones que protejan el medio ambiente, generen empleo y fomenten la paz”.
El Dr. Matt Hansen, profesor de la Universidad de Maryland y codirector del Laboratorio de Análisis y Descubrimiento de Tierras Globales (GLAD), dijo: “estamos viendo una pérdida de bosques sin precedentes causada por incendios en los pocos países que aún eran considerados de ‘Alta cobertura forestal, baja deforestación’, como la República del Congo. Esta nueva dinámica está fuera de los marcos políticos actuales o de las capacidades de intervención, y pondrá a prueba seriamente nuestra capacidad de mantener bosques intactos en un clima que se calienta”.
Combatiendo la pérdida de bosques
Peter Potapov, profesor investigador de la Universidad de Maryland y codirector del Laboratorio GLAD, afirmó: “2024 fue el peor año registrado en cuanto a pérdida de bosques causada por incendios, superando el récord establecido el año pasado. Si esta tendencia continúa, se podrían transformar permanentemente áreas naturales críticas y liberar grandes cantidades de carbono, intensificando el cambio climático y alimentando incendios aún más extremos. Este es un ciclo de retroalimentación peligroso que no podemos permitirnos intensificar”.
Rod Taylor, director de Bosques y Conservación de la Naturaleza de WRI, advirtió: “los incendios forestales y la conversión de tierras están aumentando las emisiones, mientras que el clima ya está cambiando más rápido de lo que los bosques pueden adaptarse. Esta crisis está llevando a innumerables especies al borde de la extinción y forzando a los pueblos indígenas y comunidades locales a abandonar sus tierras ancestrales. Pero esto no es irreversible si los gobiernos, las empresas y los individuos actúan ahora, podemos detener el asalto a los bosques y a sus guardianes”.

Para cumplir con la meta global de detener la pérdida de bosques para 2030, el mundo debe reducir la deforestación en un 20 % cada año, comenzando de inmediato. En contraste, 2024 marcó un aumento del 80 % en la pérdida de bosques tropicales primarios. Para combatir esta pérdida, el mundo necesita actuar en múltiples frentes: una mejor prevención de incendios, cadenas de suministro libres de deforestación para productos básicos, una mejor aplicación de las regulaciones comerciales y un aumento del financiamiento para la protección de los bosques, especialmente para iniciativas lideradas por pueblos indígenas.
Lograr esto requerirá voluntad política, estrategias nacionales adaptadas a las realidades locales y un mayor apoyo por parte de los países más ricos para asegurar que los bosques permanezcan en pie, y que sean más valiosos vivos que destruidos.
Kelly Levin, directora de Ciencia, Datos y Cambio de Sistemas del Fondo Bezos para la Tierra, dijo: “los países han prometido repetidamente detener la deforestación y la degradación forestal. Sin embargo, los datos revelan una brecha alarmante entre las promesas hechas y el progreso logrado, junto con los crecientes impactos de un mundo que se calienta. Estos hallazgos deberían sacudirnos de la complacencia. El Fondo Bezos para la Tierra se enorgullece de apoyar esta herramienta vital para mostrar dónde estamos y asegurar que la acción se base en la evidencia”.
Pérdida forestal global rompe récords en 2024, impulsada por incendios.
La pérdida de bosques globales se disparó a máximos históricos en 2024, impulsada por un aumento catastrófico de incendios, según nuevos datos del Laboratorio GLAD de la Universidad de Maryland, disponibles en la plataforma Global Forest Watch del World Resources Institute. Solo la pérdida de bosques tropicales primarios alcanzó los 6,7 millones de hectáreas, casi el doble que en 2023 y un área casi del tamaño de Panamá, a un ritmo de 18 campos de fútbol por minuto.

Por primera vez, desde que la organización lleva registros, los incendios (no la agricultura) fueron la principal causa de pérdida de bosques tropicales primarios, representando casi el 50 % de toda la destrucción. Esto marca un cambio drástico respecto a los últimos años, cuando los incendios promediaron solo un 20 %. Mientras tanto, la pérdida de bosques tropicales primarios causada por otros factores también aumentó en un 14 %, el incremento más pronunciado desde 2016.
A pesar de algunos desarrollos positivos, particularmente en el sudeste asiático, la tendencia general se dirige hacia una dirección preocupante. Más de 140 países se comprometieron a detener la pérdida de bosques para 2030 bajo la Declaración de los Líderes de Glasgow. De los 20 países con la mayor superficie de bosques primarios, 17 registran hoy una pérdida mayor de estos bosques que cuando se firmó el acuerdo.
Las consecuencias de la pérdida de bosques en 2024 han sido devastadoras tanto para las personas como para el planeta. A nivel mundial, los incendios emitieron 4,1 gigatoneladas de gases de efecto invernadero, liberando más de 4 veces las emisiones de todos los vuelos en 2023. Los incendios empeoraron la calidad del aire, tensionaron los suministros de agua y amenazaron la vida y los medios de subsistencia de millones de personas.
Elizabeth Goldman, codirectora de Global Forest Watch de WRI, dijo: “este nivel de pérdida de bosques no se parece a nada que hayamos visto en más de 20 años de datos. Es una alerta roja global, un llamado colectivo a la acción para cada país, cada empresa y cada persona que se preocupa por un planeta habitable. Nuestras economías, nuestras comunidades, nuestra salud, nada de eso puede sobrevivir sin bosques”.
Imagen principal: incendios forestales en el Area de Manejo Integrado (ANMI) San Matías, el área protegida nacional más afectada por el fuego en 2024. Foto: Ricardo Barbery