Por Miriam Telma Jemio / Guardiana Bolivia

El ex presidente Evo Morales comprometió la palabra de Bolivia a nivel internacional en sentido de que hasta 2020 se tendría una deforestación ilegal cero. Esa meta deberá honrar el próximo Gobierno. Es uno de los compromisos asumidos en la lucha contra el cambio climático que será difícil cumplir tomando en cuenta que, debido a los incendios, este año se deforestó cinco veces más que en 2018.

El investigador Pablo Solón y la activista Teresa Hosse consideran que los compromisos asumidos por Bolivia, en el marco del Acuerdo de París, son insuficientes y engañosos porque se habla de parar la deforestación ilegal y no de evitar la pérdida de bosque. Además, se incluye a la energía de hidroeléctricas como renovables cuando emiten gases que contribuyen al calentamiento global. 

El expresidente Evo Morales reiteró, en la cumbre del clima realizada en septiembre, las metas de Bolivia contempladas en las Contribuciones Nacionales Determinadas (NDC, por sus siglas en inglés) en materia de bosque, agua y energía.

El incendio en la Chiquitania, una foto tomada por Philip Kittelson el 13 de septiembre.
El fuego arrasó con más de 4 millones de hectáreas entre bosques y pastizales.

Los tres compromisos

Bolivia presentó a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC, sus siglas en inglés) sus NDC el 16 de mayo de 2016. El documento fue desarrollado en menos de tres meses. Prácticamente estaba basado en la Agenda Patriótica y en la planificación estratégica de sectores como el de energía.

El país centró su compromiso en tres áreas específicas: bosquesagua y energía. En agua se centra en incrementar de forma integral la capacidad de adaptación y reducir sistemáticamente la vulnerabilidad hídrica del país. Está destinada únicamente a la adaptación al cambio climático.

En energía busca incrementar la capacidad de generación eléctrica a través de energías renovables para el desarrollo local y de la región. Y en bosques se centra en incrementar la capacidad de mitigación y adaptación conjunta, a través del manejo integral y sustentable de los bosques. Ambos van a cubrir acciones de mitigación.

Precisamente, el 23 de septiembre, el expresidente Evo Morales habló del tema en la plenaria de las Naciones Unidas, durante la Cumbre del Clima convocada por el secretario General, António Guterres, para impulsar y acelerar la implementación del Acuerdo de París sobre el Cambio Climático.

Evo Morales habla en la plenaria de la ONU, en la cumbre de Acción Climática. realizada en New York
(foto: ABI).

“Es importante atacar las causas estructurales de la crisis climática. Solo liberándonos del lucro, el lujo y el compromiso podremos salvar nuestro planeta Tierra. Para luchar efectivamente contra el cambio climático debemos garantizar el derecho humano al agua y el acceso a la energía”, dijo y seguidamente dio a conocer los compromisos de Bolivia.

Bosques

Sin dar cifras afirmó: “En bosques, incrementaremos la capacidad de mitigación y adaptación conjunta a través de un enfoque integral sustentable en los bosques, logrando desarrollar un plan de restauración de la Amazonía boliviana con programas de reforestación, recuperación de acuíferos y la biodiversidad”.

De acuerdo a las NDC presentadas, dos compromisos asumidos a mediano plazo están por cumplirse el próximo año: lograr que la deforestación ilegal se reduzca a cero y reforestar 750.000 hectáreas a 2020. Una meta ambiciosa, si se toma en cuenta que, según la Autoridad de Bosques y Tierra (ABT), la deforestación anual supera las 300 mil hectáreas y que la ilegal representa el 50% de esa cifra.

Cuadro elaborado por el Ministerio de Planificación.

Bolivia tiene dos posibilidades de alcanzar su meta, una con recursos propios y otra con ayuda de la cooperación internacional, lo cual posibilitaría subir los porcentajes, por ejemplo, en cobertura de bosques la superficie llegaría a 55,6 millones de hectáreas.

AGUA

En agua, Morales dijo: “Bolivia, en 2005, tenía una cobertura de 71,7% de agua potable. A la fecha, se tiene el 86,5% de cobertura. En materia de agua para riego, en 2005, 242.288 hectáreas cubiertas y, a 2018, se llegó a 473.271 hectáreas (con riego)”.

“En los próximos años, incrementaremos de forma integral la capacidad de adaptación y recuperaremos la vulnerabilidad hídrica del país, triplicando los reservorios de agua a 2030. Asimismo, se cubrirá el 100% de acceso al agua potable y un millón de hectáreas con agua para riego”, precisó el Jefe de Estado.

Cuadro elaborado por el Ministerio de Planificación.

El gobierno implementó el Programa Mi Agua, que ya lleva cinco fases, con lo cual subió la cobertura principalmente en las poblaciones rurales. El Programa MI Riego ya ejecutó cuatro fases. 

Energía

En el caso de la energía, Morales afirmó que, actualmente, Bolivia tiene cubierta al 93% de la población con energía eléctrica y que ocupa el tercer lugar entre los países latinoamericanos en la producción de energía alternativa, eólica y solar, con un 13%.

“En su consumo interno (Bolivia) incluyendo la energía hidroeléctrica, actualmente se tiene el 36% de cobertura con energías renovables”, aseveró. El gobierno busca duplicar la oferta de energía pasando de los 3.000 megawatts (MW) hasta el 2020, la actual demanda es de 1.500 MW, y hasta 2030, generar más de 8.000 megawatts para la exportación a países vecinos.

“Hemos decidido nunca más plantas termoeléctricas. Nuestro compromiso es mejorar la capacidad de generación de energía eléctrica a través de energías renovables, para el desarrollo local y de la región. Como centro energético de Sudamérica, logrando a 2030 cubriendo al 100% de la población con dotación de energía eléctrica, incrementaremos la capacidad de energía solar, eólica y geotérmica y plantas hidroeléctricas al 79% hasta 2030”.

Expresidente Evo Morales, 23 de septiembre, New York.

Aunque no está en el documento de los NDC, el exmandatario de Bolivia afirmó, en la plenario de la ONU, que Bolivia está “industrializando el litio para contribuir significativamente a la transición mundial hacia un desarrollo futuro bajo en emisiones”. Es probable que en la actualización de los compromisos que los países miembros de la UNFCCC deben hacer hasta el año 2020, Bolivia introduzca al litio como parte de su contribución.

NDC insuficientes, piden actualización

En la próxima COP 25 (el encuentro de los delegados de los países miembros de la UNFCCC), a realizarse este diciembre en España, los países deberán presentar actualizaciones en sus NDC, que permitan cumplir con el Acuerdo de París en aquella parte donde se comprometen a alcanzar un cero neto de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en 2050.

Se espera que con las actualizaciones se eleven los compromisos ya que, según el IPCC, con los compromisos actuales, presentados por 197 países, la temperatura del planeta subiría a más de 3 grados, lo cual nos llevaría a un escenario de colapso planetario con impactos irreversibles sobre ecosistemas y comunidades más pobres.

Los NDC son insuficientes y no son congruentes con la realidad del país, señala Teresa Hosse, coordinadora de la Plataforma Boliviana de Lucha contra el Cambio Climático. Menciona como ejemplo a las mega hidroeléctricas que están en planes de construcción como el proyecto Chepete o el de Rositas. “No es energía renovable porque al inundar los bosques va a generar gases de efecto invernadero. No es una solución”, dice.

En la misma línea, Pablo Solón, investigador y director de la Fundación Solón, dice que el gobierno se aplazó en el cumplimiento de las NDC porque ni en los términos engañosos en los que están planteados los ha cumplido. Por ejemplo, en la meta a corto plazo sobre reforestación: 750 mil hectáreas de bosques hasta 2020, a la fecha no pasa de las 50 mil hectáreas. Esto implica que hasta el próximo año será difícil alcanzar esa cifra.

La Fundación Solón realizó un análisis del desempeño de Bolivia en el cumplimiento de su Contribución Nacionalmente Determinada denominada “Inconsecuencia climática”, en la cual establece, con base en datos del Climate Analysis Indicators Tool  (CAIT), que las emisiones de gases de efecto invernadero de Bolivia han crecido un 24%, entre el 2000 y 2014.

Los sectores de cambio de uso del suelo y agricultura que comprenden fundamentalmente a la deforestación suman el 81,2% de las emisiones de Bolivia. En el siguiente lugar está el sector de energía con un 16%. Las NDC de Bolivia cubren bosques y agricultura, es decir un 81,2% de las emisiones de Bolivia; pero con relación al sector de energía sólo abarca el sector de electricidad, que representa el 3,36% de las emisiones del país.

Ante este panorama, los mayores esfuerzos deben centrarse en eliminar la deforestación, seguida de la reforestación.

“Si analizamos el compromiso en bosques, uno de sus primeros puntos es llegar con deforestación ilegal cero a 2020. Sin embargo, el gobierno autorizó la deforestación legalmente. Con sus políticas de apoyo a los agropecuarios está impulsando mayor deforestación. Se está ampliando la frontera agrícola para producir etanol y biodiesel ni siquiera es para producir alimentos. Se están aumentando las emisiones de GEI. No es una solución”, critica Hosse.

Sobre el Mecanismo Conjunto de Mitigación y Adaptación para el Manejo Integral y Sustentable de Bosques, Hosse dice que es una buena alternativa al mecanismo de REDD (Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación), porque permite que desde las comunidades gestionen su territorio. Sin embargo, lamenta que el gobierno no esté financiando con la cantidad de dinero que destina a las actividades agroindustriales como las subvenciones en diésel.

La Autoridad Plurinacional de la Madre Tierra (APMT), institución pública responsable de la gestión de cambio climático en el país, hasta 2018, ha ejecutado 11 proyectos (que incluyen la construcción de viveros, desarrollo de plantines, así como la reforestación y forestación) en nueve municipios de los departamentos de La Paz y Santa Cruz.

Este año, la APMT inició la ejecución de tres proyectos con el apoyo de la Unión Europea, los mismos tendrán una duración de más de 30 meses y son compartidos con países como Perú, Panamá, Argentina Paraguay y Brasil, para beneficio de las comunidades locales y en el marco de la lucha contra el cambio climático.

Sin reportes oficiales

El 78% de emisiones de gases de efecto invernadero proviene del cambio de uso de suelo y agricultura y ganadería, principalmente de la deforestación. Eso acorde al último inventario de emisiones de gases de efecto invernadero de Bolivia realizado en 2004 y reportado en la Segunda Comunicación Nacional sobre cambio climático de 2009, la última que hizo Bolivia en el marco de la UNFCCC. México ya presentó su Sexta Comunicación Nacional y el país aún no presentó su tercera comunicación en una década.

En ese contexto, cuando se pregunta cuánto se ha avanzado en cumplir las metas de los compromisos, para responder se tendría que saber a cuánto y cuáles son las emisiones de gases de efecto invernadero en Bolivia. “Estoy seguro que ese valor ni el gobierno lo tiene, porque no hemos hechos los reportes (las Comunicación Nacional ni los reportes bienales). No tenemos la costumbre de reportar. Esa es una de las grandes falencias. No tenemos la capacidad de justificar bajo la métrica del cambio climático”, lamenta Mauricio Zabala, experto en cambio climático.

En el marco de la Convención sobre Cambio Climático de la ONU, los reportes que se deben presentar son las Comunicaciones Nacionales, los reportes bienales que contemplan los inventarios de gases de efecto invernadero y acciones de mitigación (los países de la región ya presentaron dos bienales, Bolivia no tiene ni uno) y, a partir del Acuerdo de París, los reportes de transparencia que se desarrollarán en base a los NDC.

En el contexto internacional, los países que firmaron el Acuerdo de París deben presentar en 2020 las actualizaciones o mejoras a sus NDC, según el libro de reglas del acuerdo aprobado en 2018, que establece cómo y qué se tiene que presentar.

“Nos guste o no, desde afuera se nos obliga a tener métricas. Nos podemos tardar un poco más, pero no vamos a poder evadir. Sí hay métricas país, pero no que respondan a las métricas globales”, alerta Zabala.

Para el experto en cambio climático, lo que le falta a los NDC de Bolivia son los indicadores de toneladas, es decir, cuánto significa en reducción de emisiones de GEI cada acción de los compromisos. “Se tiene que poner número de cuánto dióxido de carbono se secuestra, por ejemplo”, explica.

El NDC sobre agua, por ejemplo, tiene un “índice de vulnerabilidad hídrica” que Zabala nunca ha visto en ningún NDC a los que ha tenido acceso.

Lo cierto es que la sociedad civil ya está preparada para incidir en la cumbre del clima COP 25, que inicia en tres días, el 2 de diciembre, en Madrid, España. Una de sus metas es exigir mayor ambición en la reducción de emisiones de GEI a los gobiernos, en particular a los más desarrollados.

El gobierno de la presidente Jeanine Áñez aún no ha designado al o la nueva director/a de la Autoridad de la Madre Tierra. Tampoco se conoce quién liderara la delegación boliviana y si se mantendrá la posición boliviana principalmente sobre el rechazo al mercado de carbono, enmarcado en el mecanismo REDD.

Datos

  • En 2015 se adoptó el Acuerdo de París, bajo la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC), los países que lo firmaron y ratificaron se comprometieron a evitar que la temperatura media mundial aumente más de 2 °C con respecto a los niveles pre-industriales, e incluso hacer los esfuerzos para que no aumente más de 1,5°C.
  • La ciencia, a través del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), informó sobre estos umbrales de temperatura, ya que así reducirían los riesgos del cambio climático.
  • Alcanzar ese objetivo significa reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en un 45 por ciento para 2030 y alcanzar el carbono neutro para 2050. Para ello, los países presentaron sus metas sobre mitigación de gases de efecto invernadero, adaptación a los impactos del cambio climático, creación de capacidades, transferencia tecnológica y financiamiento. Las metas se denominan “Contribuciones Nacionalmente Determinadas” (NDC por sus siglas en inglés).
  • El problema es que estas metas de mitigación en su conjunto nos sitúan en una trayectoria de aumento temperatura de 3 °C al año 2100, sobrepasando con creces el límite de 2 °C del Acuerdo de París. Por lo tanto, las metas de mitigación actuales no son suficientes. Por eso es necesario aumentar la ambición y hacer un esfuerzo mayor en reducir las emisiones.
  • La COP25 será un hito clave para el aumento de ambición, porque los países deben actualizar sus NDC antes de diciembre del 2020.
  • El aumento de ambición debiese ocurrir en todos los ámbitos de las NDC: mitigación, adaptación y en los medios para la implementación. Desde la mitigación hay varias formas de aumentar la ambición: (a) comprometiendo una meta con métricas claras, por ejemplo, una de reducción absoluta con respecto a un año base, sin condicionarla al crecimiento económico ni al consumo de energía; (b) estableciendo metas intermedias al 2025 y 2030.

Fuente: Guardiana Bolivia

Foto de portada: deforestación y cultivos en Santa Cruz / Eduardo Franco Berton (Archivo RAI)

Comparte este artículo por: