El Área Modelo de Manejo Integral del bosque Santa Rosa del Abuná está ubicada en el departamento de Pando, al norte del país, y la buena noticia es que se encuentra en muy buen estado de conservación, según los expertos.


  • ¿Puede una población vivir de los recursos naturales que le ofrece el bosque sin deforestarlo?
  • ¿Es posible conservar un área protegida promoviendo el desarrollo sostenible?

Por Alexa Vélez Zuazo /Mongabay Latam

En la Amazonía boliviana, entre los ríos Abuná y Orthon, en la parte central del municipio de Santa Rosa del Abuná, es posible encontrar un espacio natural donde el bosque aún se mantiene en buen estado de conservación y las poblaciones cercanas aprovechan sus recursos naturales sin afectar la biodiversidad. Suena a un escenario ideal, pero la castaña y el asaí son la clave en esta historia. Estos dos productos son la base de la economía de un gran número de familias en Pando, departamento al que pertenece el municipio de Santa Rosa del Abuná y si bien los ingresos que genera la venta de estos frutos no cubren todas las necesidades de los habitantes, es el camino que las comunidades y las autoridades han elegido para desarrollarse, es decir, sin tumbar el bosque y sin fragmentar el hábitat de las especies. Por eso celebran hoy la creación del Área Modelo de Manejo Integral del bosque Santa Rosa del Abuná.

Un muestra de la gran diversidad de aves presentes en el área. Foto: ACEAA.

“Es una manera de conservar el bosque y sus recursos naturales. De alguna manera el área aportará a un manejo adecuado de los recursos que se tienen: el lugar (paisaje), de los ríos, del asaí, madera, de la castaña, y todo se organizará en beneficio de toda la población que está dentro del área”, así responde Edgar Limpias López, alcalde del Gobierno Autónomo Municipal de Santa Rosa del Abuná, cuando le preguntan por la declaración de la nueva área protegida.

Durante meses, el alcalde Limpias, los integrantes del consejo municipal y los técnicos de la Asociación Boliviana para la Investigación y Conservación de Ecosistemas Andino Amazónicos (ACEAA) trabajaron para conseguir este logro. Los especialistas de ACEAA estaban convencidos de que era una buena forma de promover la conservación de la ecoregión amazónica, “como son los bosques amazónicos de castaña del centro de Pando e incluso el bosque amazónico de colinas que alberga castaña (Bertholletia excelsa), asaí (Euterpe precatoria), majo (Oenocarpus bataua) y que se hallan insuficientemente representados en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas”, señalaron.

El asaí es uno de los principales recursos que se pretende aprovechar en esta nueva área. Foto: ACEAA.

Marcos Terán, director de ACEAA, mencionó en una entrevista con Mongabay Latam que el 97 % del territorio de Santa Rosa del Abuná posee bosques y que el 89 % de estos no han sido intervenidos. En resumen, un municipio con una riqueza natural que sobresale en el departamento de Pando. “La creación del Área Modelo de Manejo Integral del Bosque de Santa Rosa del Abuná es importante porque viene a fortalecer esta visión del Gobierno Autónomo Municipal, al compatibilizar el desarrollo sustentable de la población local y la conservación de la diversidad biológica mediante la implementación de acciones prácticas y procesos que contribuyan a la gestión integral del bosque”, dijo Terán.

Una oportunidad

Bolivia es el mayor exportador de castaña del mundo y la mayoría de las familias de Pando han contribuido a que el país ocupe ese lugar. La castaña, como lo explicó Terán, sostiene la economía de los habitantes de Santa Rosa del Abuná, pero es un producto que se aprovecha por temporadas y que no basta para desarrollar las economías locales. “La castaña es una especie silvestre que no es cultivada, la principal actividad económica de la Amazonía boliviana se basa en el aprovechamiento de este recurso, generando un gran porcentaje de los ingresos familiares anuales. La dependencia de las familias del área con la castaña es muy fuerte, pero este recurso por sí solo no soluciona la situación de pobreza de las comunidades locales”, mencionó.

La castaña es el segundo producto no tradicional más exportado en Bolivia. Foto: Marco Albornoz.

Por eso el alcalde Edgar Limpias ve en la nueva área protegida una oportunidad para impulsar otras actividades paralelas que no amenacen al bosque. “Queremos desarrollar la cría de peces para consumo local, generar una producción agrícola de subsistencia y tener una economía estable durante todo el año, cuyo pilar esté basado en el aprovechamiento de los recursos del bosque como la castaña, asaí, cacao silvestre, con un valor increíble”, como detalló Limpias, este es el plan en el que trabaja el municipio de Santa Rosa del Abuná para no basar toda la economía de la población en un solo producto.

La inestable y prolongada estación seca que se vive este año le ha dado la razón. “Se promoverá la diversificación de medios de vida para reducir amenazas al bosque en años como este, donde la baja producción de castaña afecta a toda la población de Pando y eso genera problemas económicos que producen presión al bosque, porque esta población busca alternativas económicas que pueden ser cambios drásticos de uso de suelo”, para Limpias la diversificación no solo se presenta como un camino que debe recorrerse para evitar una crisis económica, sino para proteger los bosques de Abuná.

Las amenazas

El bosque del Área Modelo de Manejo Integral del bosque Santa Rosa del Abuná se extiende a lo largo de más de 171 000 hectáreas y abarca las cabeceras y puntos centrales de las microcuencas de los arroyos Curichón y El Rin. Como lo señaló Terán, se trata de una superficie boscosa sobresaliente y bien conservada, pero que no deja de estar expuesta a algunas amenazas. El alcalde Limpias precisó en una entrevista con Mongabay Latam que las más importante son la deforestación, el fuego que quema el bosque y el chaqueo ilegal (quema de terrenos para luego sembrar).

Pero tanto Terán como Limpias confían en que el “manejo integral y sustentable” del área protegida, ayudará a conservar los bosques naturales, a reducir los riesgos de la deforestación ilegal y a controlar los cambios de uso de suelo que a largo plazo pueden afectar a la región amazónica.

Los habitantes de Santa Rosa trepan a las palmeras de asaí para colectar el fruto sin cortar el tallo, asegurando la sostenibilidad de la producción silvestre de este fruto. Foto: ACEAA.

“Todo esto se reducirá a cero porque tendremos un manejo planificado. A través del área modelo tendremos asesoramiento técnico para la planificación de recuperación o aprovechamiento de barbechos (tierras de cultivo que se dejan descansar), conservando los bosques y ríos, y promocionando los sistemas de vida que se tienen en la Amazonía de Pando”, dijo Limpias.

La fauna de Abuná

Con la nueva área protegida se espera que no solo el bosque se mantenga en buen estado de conservación. Santa Rosa del Abuná es hogar de primates como el parahuacú o sakí (Pithecia irronata) que se encuentra en la categoría de Vulnerable (VU), el chichilo labio blanco (Saguinus labiatus) cuyo estado es de Casi Vulnerable (VU) y el manechi colorado (Alouatta sara) que es una especie de primate que se ubica en la categoría de Casi Amenazada (NT) o de Preocupación Menor (LC), según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Jaguar captado con una cámara trampa. Foto: ACEAA.

Pero existen otros mamíferos dentro de la nueva área —algunos de ellos figuran en el Libro rojo de la fauna de vertebrados de Bolivia— que ahora estarán protegidos: el taitetú (Pecari tajacu) y el Tropero (Tayassu pecari) que figuran en la categoría Casi Amenazada (NT); el jaguar (Panthera onca) y el anta (Tapirus terrestres) cuyas poblaciones se consideran en estado Vulnerable (VU); y se cree que el bufeo (Inia boliviensis), que es una especie de gran importancia para la conservación, que incluso se encuentra en el Apéndice II de CITES, se encuentra al norte del área.

Pecarí de collar (Pecari tajacu) llamado localmente taitetú. Foto: ACEAA.

La conversión de los ecosistemas naturales de Santa Rosa del Abuná ha sido mínima, por eso es un punto clave para la conservación de especies amenazadas. Se trata de un espacio natural que puede “convertirse en un modelo de desarrollo basado en el manejo integral de sus bosques”, sostuvieron los expertos. Además, hay que sumar el inmenso potencial que tiene considerando que es el tercer municipio con el mayor almacenamiento promedio de carbono, “125 tC/ha (toneladas de carbono por hectárea), y un almacenamiento total de carbono de 55,8 millones de tC”, según ACEAA.

Fuente: Mongabay

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