Por RAI

  • El TIPNIS ya está sujeto a niveles alarmantes de deforestación y ha perdido más de 46.000 hectáreas de bosque (3.6% del Parque) entre los años 2000 y 2014.
  • Las carreteras en los bosques tropicales a menudo conducen a la conversión del hábitat, y de hecho dentro del TIPNIS, más del 58% de la deforestación se concentra a 5 km o menos de los caminos existentes.

Un artículo publicado en la revista científica Current Biology alerta sobre los daños a la biodiversidad que ocasionará la Ley que tiene por objeto la construcción de la carretera que atravesará el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS).

El 13 de agosto de 2017, el presidente Evo Morales promulgó la Ley que quita la intangibilidad al TIPNIS y tiene por objeto autorizar la construcción de un camino profundamente disputado por medio de la zona núcleo del parque, un hecho que reabrió uno de los conflictos socioambientales de más alto perfil en América Latina.

La publicación de Current Biology indica que debido a su posición estratégica, el TIPNIS, ubicado entre los Andes y la Amazonia, representa no solo un punto clave de biodiversidad en Bolivia, sino que la convierte en una de las regiones más biodiversas de la Tierra, que alberga niveles excepcionales de endemismo y poblaciones de mega fauna de importancia mundial.

Según los investigadores que escribieron el artículo, provenientes de las Universidades de Helsinki (Finlandia), Cambridge en el Reino Unido, y la Universidad Mayor de San Andrés (Bolivia), las carreteras en los bosques tropicales a menudo conducen a la conversión del hábitat, y de hecho dentro del TIPNIS, más del 58% de la deforestación se concentra a 5 km o menos de los caminos existentes. Una muestra de ello es el área conocida como polígono 7, que cubre aproximadamente el 12% del parque nacional y está delimitada por una zona de expansión de cultivos de coca. La tasa de pérdida de bosque en el polígono 7 es ocho veces más alta que en el resto del TIPNIS y el doble que en la Amazonia boliviana. Por lo tanto, parece muy probable que el camino planeado aumente la escala actual y el ritmo de la deforestación en el parque, lo que subraya la necesidad urgente de revisar los planes viales.

La investigación indica que el polígono 7 es también la única sección del TIPNIS que no se superpone con los territorios titulados de las comunidades indígenas de las tierras bajas, sino que está habitada por migrantes de las tierras altas que se asentaron en el área en los años ochenta. El hecho de que los migrantes generalmente causan mayores tasas de deforestación per cápita que las comunidades indígenas locales ha sido ampliamente investigado en otras partes de la Amazonía y se ha relacionado a menudo con el cultivo de coca. En línea con el creciente fenómeno de “narco-deforestación” visto a través de muchos bosques tropicales en América Latina, el cultivo de hoja de coca por los colonos andinos es una actividad muy común en el polígono 7 y se expande rápidamente hacia otras áreas del parque.

La controversial norma ha abierto un debate público en todo el país,  sobre los impactos potenciales que tendrá la carretera planificada. Sin embargo, existe poca discusión sobre las presiones ambientales actuales que sufre esta área protegida, las cuales se están pasando por alto, y que según la publicación, el TIPNIS ya está sujeto a niveles alarmantes de deforestación dentro de sus fronteras, habiendo perdido más de 46,000 hectáreas de bosque (3.6% del Parque) entre 2000 y 2014.

El gobierno boliviano afirma que la construcción de esta carretera permitirá la integración nacional, facilitará el acceso al mercado para los productores rurales y brindará servicios a las comunidades indígenas de las tierras bajas que dependen del río. Mientras tanto, los críticos argumentan que esta carretera abrirá una caja de Pandora de problemas sociales y ambientales, que incluyen la deforestación, pérdida de biodiversidad, desorganización social y la violación de los derechos consuetudinarios de los pueblos indígenas, tal como ha sucedido en otras partes de la Amazonia, resalta el estudio.

‘’Como signatario del Convenio sobre la Diversidad Biológica, Bolivia se ha comprometido a conservar al menos el 17% de su superficie terrestre para 2020 a través de una red de áreas protegidas efectivas. Sin embargo, con altas tasas de deforestación y frente al auge de la exploración de hidrocarburos, Bolivia está luchando por lograr este objetivo. Tal vez aún más significativo, los desarrollos recientes en el TIPNIS son sintomáticos de las tendencias actuales hacia la degradación, reducción y des consolidación de áreas protegidas en la Amazonía, generalmente asociadas con el aumento de las políticas económicas basadas en la extracción’’, finaliza la publicación.

Foto de portada: En el año 2011, indígenas marcharon durante 64 días para exigirle al gobierno Boliviano que se cumplan y respeten sus derechos. Foto: Hsas Lelponi Maria Alba Guillen, publicada en Mongabay Latam

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