El estudio compara las pérdidas de bosques secos debido al cambio en el uso del suelo o el calentamiento global

Por RAI

Los bosques tropicales de todo el mundo están en riesgo. Dos de las principales amenazas son la deforestación para habilitar tierras cultivables y el cambio climático. Científicos de la Universidad Técnica de Munich (TUM) y del Instituto Thünen compararon las pérdidas a causa de la deforestación con las que generarían escenarios extremos de cambio climático en Ecuador. Aunque es probable que el calentamiento global cambie la distribución de las especies, la deforestación provocará la pérdida de más bosques secos de lo que predice los daños causados por el cambio climático.

Una gran proporción de los bosques secos de Ecuador se encuentran en el suroeste del país, en la región de Tumbes-Chocó-Magdalena. Estos bosques proporcionan no solo productos madereros y no madereros, sino también servicios ecosistémicos importantes que regulan el equilibrio hídrico y protegen el suelo de la erosión. Sin embargo, la zona sufre una gran pérdida de hábitat debido a la deforestación para habilitar tierras cultivables y de pastoreo. Esto exacerba los efectos negativos del cambio climático, como el aumento de la temperatura.

En cooperación con científicos del Thünen-Institut y la Universidad Técnica Particular de Loja, un equipo de TUM comparó la pérdida pronosticada del área de especies arbóreas causada por la deforestación, por un lado, y por las pérdidas forestales previstas en un escenario de cambio climático extremo en el otro. ‘’Hemos evaluado 660 conjuntos de datos sobre la ocurrencia de 17 especies características de bosques secos en el sur de Ecuador’’, explican los autores del estudio, Carlos Manchego y Patrick Hildebrandt, de la Cátedra de Silvicultura en TUM -” con el fin de estimar ambas amenazas potenciales, hemos comparado las tasas de pérdidas anuales previstas. Sin embargo, es importante que los resultados no sean transferibles a otras especies de árboles en otras regiones”.

Las pérdidas por la conversión del bosque, en el período de 2008 a 2014, especialmente para tierras agrícolas y de pastoreo, promediaron 71 kilómetros cuadrados por año para todas las especies en el área de estudio. Por otra parte, la pérdida prevista del área de especies en el escenario de cambio climático fue de solo 21 kilómetros cuadrados por año.

Recomendaciones para una protección forestal más efectiva y uso sostenible de la tierra

Un resultado inesperado fueron las diferentes direcciones de desplazamiento de las especies arbóreas debido al cambio climático. Mientras que algunas especies migran hacia el norte, otras especies encuentran que su distribución futura se enfoca más hacia el sur. Esto conduce a una tendencia hacia la mezcla de especies arbóreas con efectos hasta ahora desconocidos sobre la funcionalidad y estabilidad de las futuras comunidades forestales “, dice Hildebrandt.” Al mismo tiempo, el arranque comienza en las altitudes más altas, porque es más fácil cultivar algo como el maíz ahí.”

Según Hildebrandt, es importante para la planificación eficiente, la implementación de medidas de protección y el uso sostenible de la tierra, para priorizar las medidas de acuerdo a las diferentes amenazas y puntos débiles. Debe hacerse una distinción entre las posibles amenazas planteadas por el cambio climático y la deforestación. ‘’Con el estudio “PLOS One”, queremos proporcionar un marco de referencia científica para identificar el mal menor y hacer recomendaciones específicas’’.

Sin embargo, independientemente de la estrategia de conservación, estos objetivos requerían la participación tanto de los propietarios privados como de las comunidades locales.

 

Foto de portada: la mayor parte de los bosques secos de ecuador está situada en el suroeste del país, en la región tumbes-chocó-magdalena / Patrick Hildebrandt – TUM

Sobre la publicación: Carlos E. Manchego, Patrick Hildebrandt, Jorge Cueva, Carlos Ivan Espinosa, Bernd Stimm, Sven Guenter: Climate change versus deforestation: Implications for tree species distribution in the dry forests of southern Ecuador, PLOSone 12/2017.

Lee el estudio completo aquí

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