Por Heiver Andrade Franco*

Es indudable que el alcance, magnitud y periodicidad de los eventos climáticos que nos agobian, debe provocarnos más de una reflexión, la pregunta en la coyuntura actual es: ¿qué deberíamos esperar de los gobiernos, empresas y sociedad civil? Sabemos que existe una imperiosa necesidad de cambiar modelos productivos y hábitos de consumo, que el concepto se llama “sustentabilidad”, y el momento brinda una excelente oportunidad para que en el caso de las empresas den un salto cualitativo y pasen a una verdadera cultura de Responsabilidad Social Empresarial, más allá de realizar actividades de RSE en cumplimiento de la norma.
Pero no solo debe ser el sector empresarial, debemos demandar que gobiernos y sociedad civil empiecen a alinearse en este propósito, el momento lo amerita, el contexto lo reclama; el cambio climático avanza inexorable, y empezamos a sentir el incremento de la migración, pobreza, inundaciones, polución de aire, sequias, reducción de la producción.
Las empresas, como el caso de los bancos, que responden a normativa emitida por la ASFI , deberían empezar a revisar y evaluar cada uno de sus procesos con el propósito de reducir emisiones y vulnerabilidad, elaborando/ejecutando programas de responsabilidad social empresarial que permitan construir una verdadera cultura de RSE, que impulsen verdaderos cambios en nuestra sociedad, más allá de buscar sellos, certificaciones o distinciones que empezaron a aparecer en nuestro país y hacen que varias empresas se vean tentadas de “proyectar su imagen”; ponen de manifiesto su preocupación por el “parecer” y devalúan el “ser”. ¡Cuidado con las distinciones y premios de RSE!
La sociedad civil, por su parte, debe comprometerse con el “consumo responsable ”, los millennials pueden empezar a jugar un rol predominante con “su poder de compra”. Las empresas deben entender que hoy la “demanda” está ligada con la sustentabilidad y requiere que la “oferta” esté encadenada al valor compartido. Ellos están decididos a convertirse en “ciudadanos bajos en carbono”, a cambiar hábitos de vida, saben qué alimentos consumen y cómo deben moverse en la ciudad; saben que por cada kilo de carne vacuna consumida están utilizando 15.400 litros de agua, que un kilo de legumbres no pasa de 5.000 litros, y saben de la importancia de utilizar bicicleta. Las empresas que entiendan a esta generación, cautivarán esta “demanda inteligente” y sabrán ganarse su aprecio y reconocimiento. Los Centennials, con seguridad también sabrán jugar su rol.
Si las empresas en este proceso utilizarían como herramienta de planificación estratégica la Agenda 2030 y respondieran al mandato del Acuerdo de París; si los gobiernos y sociedad civil empezaran a caminar por el mismo sendero, estaríamos abriendo una luz de esperanza para que las futuras generaciones puedan tener una calidad de vida parecida a la que hoy nos tocó vivir.
Ahora que las elecciones se acercan y el proceso pre electoral parece anticiparse, identifiquemos liderazgos con visión del siglo XXI, y evitemos los que solo buscan votos.

Por Heiver Andrade Franco

Fundación AMIGARSE
www.amigarse.org


[1] ASFI = Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero en Bolivia.

[1] Consumo Responsable: Es un concepto que defiende que los seres humanos deben cambiar sus hábitos de consumo ajustándolos a sus necesidades reales y a las del planeta, y escogiendo opciones que favorezcan el medio ambiente y la igualdad social. Vivimos en una sociedad que favorece el consumismo.

[1] Los millennials son todas aquellas personas que nacieron entre 1980 y 1995, también conocidas como la generación del milenio; quienes han dado un giro al mundo laboral.

Esta generación tienen una gran habilidad en el manejo de las herramientas digitales y tecnológicas, ya que es la primera generación que se ha criado bajo la sombrilla de la comunicación digital. “Los millennials son una de las generaciones más preparadas técnica y académicamente, aunque al llegar al mercado laboral es muy común que se encuentren con ofertas de contratos temporales”, mencionó Isabel Serrano, formadora y consultora empresarial. Para los millennials, los entornos laborales no solo deben ser colaborativos, sino también divertidos. La forma de obtener buenos niveles de productividad, mejores relaciones entre compañeros, aumento de la creatividad, depende de un entorno agradable y flexible.

[1] Según la Water Footprint Network: Cada kilo de carne de ternera necesita 15.400 litros de agua. En cambio, un kilo de legumbres necesita, entre 4.000 y 5.000 litros.

[1] Los  Centennials, abarca a niños y adolescentes entre 0 y 18 años aproximadamente, aunque como en todas las épocas, no existe un consenso sobre el año exacto que produce el hito entre generaciones. Algunos autores consideran que los nacidos a partir de 1997 ya forman parte de la generación de los centennials, pero otros extienden la fecha hasta el año 2000.

La creatividad es otro de sus pilares, pues mientras que los millennials desean modificar el mundo que heredaron, la nueva generación desarrollará sistemas innovadores que cambiarán los patrones conocidos por otros impensados. Esta característica, hace que sean más pragmáticos y menos idealistas.

 

 

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